26 de septiembre de 2013

LA BIBLIA DE GUTEMBERG

Antiguo Testamento
Antiguo Testamento de la Biblia de Gutenberg.



El Antiguo Testamento, para la mayoría de los cristianos, es la primera parte de las Biblia. Contiene el Pentateuco, y otras series de libros históricos, sapienciales y proféticos. En total se numeran en el Antiguo Testamento 46 libros, que sumados a los 27 del Nuevo Testamento forman la Biblia con sus 73 libros bíblicos.
Las denominaciones de Biblia y de Antiguo Testamento (que presupone la existencia de un Nuevo Testamento) nunca fueron usadas por los judíos de habla hebrea, y tampoco por algunas confesiones cristianas.
Los judíos dividen los libros del Tanaj en tres grupos distintos: Torá (la Ley), Neviim (los Profetas) y Ketuvim (los Hagiógrafos).


En el Judaísmo
El Antiguo Testamento cristiano en el judaísmo es llamado Tanaj, un acrónimo para Torá, Neviim y Ketuvim (Torá, Profetas y Escritos). El Tanaj consiste en la Torá de Moisés, el único libro dictado y Escrito por Dios mismo y entregado a Moisés en el Monte Sinaí; los Profetas, que son los libros inspirados por Revelación Profética; y los Escritos, que son una colección de escritos poéticos e históricos inspirados por el Ruaj haKodesh (Espíritu Santo). Puesto que Dios en su Torá manda no añadir ni quitar nada de la Torá de Moisés, toda escritura que viniese después es medida a la luz de la Torá. Así, los libros que menos se acoplan a la Torá son considerados menos inspirados y por tanto, menos importantes. Por éste motivo la mayoría del judaísmo no considera los Escritos de los discípulos de Jesús como inspiración Divina, por tanto la Biblia judía sólo se compone del Tanaj. 

Varios grupos, entre ellos los judíos nazarenos y judío mesiánicos consideran el llamado "Nuevo Testamento" como material importante de aprendizaje, al mismo nivel que el santo Zohar o el Talmud, pero nunca jamás al mismo nivel que la Torá de Moisés, la cual es considerada "Ley perfecta" (Sal 19:7), "para los hijos de nuestros hijos" (Dt 4:8-9), y como Jesús mismo enseñaría, la Torá es vigente "hasta que pasen los cielos y la tierra" (Mt 5:18).

De este modo los judíos mesiánicos y judíos nazarenos no consideran que el Tanaj sea un Antiguo Testamento, ni que la colección de escritos griegos cristianos sea un Nuevo Testamento.

Géneros literarios
El Antiguo Testamento es un texto muy complejo por estar compuesto por libros escritos en múltiples géneros y en distintas épocas históricas del pueblo hebreo.
En cuanto a la mayoría de los libros, se pueden reconocer cuatro tradiciones literarias que los componen (de acuerdo con la hipótesis documentaria):
•    Yahvista, que hace uso del término Yahveh para referirse a Dios, al que presenta antropomórfico, manifestado de forma humana. Este género es probablemente propio del reino hebreo del sur o de Judá.
•  Elohísta, que hace uso del término Elohim para referirse a Dios, al que presenta más intrascendente. Este género es probablemente propio del reino hebreo del norte o de Israel.
•    Sacerdotal, que se centra en cuestiones del culto judaico, y que incluye el relato que se encuentra al principio de todo el Antiguo Testamento: la primera versión de la Creación en el libro del Génesis (la segunda versión de la Creación viene inmediatamente después y es de tradición yavista).
•   Deuteronómica, que se centra en el cumplimiento de la Ley, por haber sido escrita en lo que algunos han identificado como el hallazgo de la Ley en tiempos del rey Josías. Precisamente el libro del Deuteronomio pertenece a este género.[1]

Se pueden reconocer los siguientes géneros literarios en el Antiguo Testamento:
•    Histórico: Abarca todos los textos en forma de relato. Incluye: historias reales, noveladas y ficticias; relatos populares (mitos, leyendas, sagas, cuentos); datos informativos, y biográficos; relatos que anuncian la venida del Mesías.
•    Ley: Colecciones de normas y preceptos por los que se regía el pueblo hebreo, tanto en lo civil como en lo religioso.
•    Profecía: Dichos y discursos pronunciados por un profeta (mensajero que habla en nombre de Dios). Incluye oráculos, relatos biográficos, visiones y acciones simbólicas.
•    Lírica: Textos poéticos, generalmente en verso, que expresan sentimientos y vivencias profundos. Incluye cantos de amor, elegías de dolor, poemas de oración.
•    Sabiduría: Colecciones de sentencias, proverbios, alegorías y refranes que expresan de forma popular y razonada la experiencia de vida propia del sabio.[2]

Libros del Antiguo Testamento

Moisés con las Tablas de la Ley, de Rembrandt.


Pentateuco o Torá
Artículos principales: Pentateuco y Torá.
Génesis: El libro del Génesis relata la historia de la creación del mundo, el relato de la caída de Adán del jardín del Edén, la narración del Diluvio Universal, la historia de la Torre de Babel, el llamado del patriarca Abraham y la aparición de las 12 tribus de Israel que terminarían viviendo en Egipto.
Éxodo: Los principales hechos del libro giran alrededor de la partida de los esclavos hebreos de Egipto, bajo el liderazgo de Moisés, y culmina fervorosamente con la entrega de la Sagrada Torá en el monte Sinaí.
Levítico: Este libro trata los temas de las leyes referidas a los sacrificios, la consagración de los sacerdotes y las leyes referidas a la pureza y santidad; mayormente mandamientos para los grupos levitas y sacerdotales.
Números: Este libro narra los mandamientos dados durante las estancias en el Sinaí, el desierto de Qades-Barnea y los llanos de Moab.
Deuteronomio: Este libro relata lo que sucedió desde la entrega de las Tablas de la Ley hasta la llegada a los llanos de Moab. Es considerado el discurso final de Moisés antes de morir.

Libros Históricos
Artículo principal: Libros Históricos.



Libro de Josué: Este libro narra la conquista de la Tierra Prometida y el reparto que Josué efectúa entre las diversas tribus. Luego trata algunos temas de la Asamblea de Siquem y de las disposiciones de Josué. Es considerado libro profético en el canon judío.
Libro de los Jueces: Narra el período que va desde la muerte de Josué hasta el nacimiento de Samuel, un tiempo en que el pueblo de Israel ha abandonado su vida nómada y acaba de instalarse como semisedentarios primero y agricultores luego, habitando en casas de material o chozas de adobe. Es considerado libro profético en el canon judío.
Libro de Rut: El libro narra la historia de Elimélec, un efrateo de Belén de Judá que emigró con su familia al país de Moab. Su mujer se llamaba Noemí y sus hijos, Majlón y Quilión. Al morir Elimélec, sus dos hijos se casaron con Orpá y Rut de Moab, respectivamente.
Primer Libro de Samuel: Este libro cuenta la historia de Samuel y del reinado del rey Saúl hasta su muerte, incluyendo la guerra de los israelitas contra los filisteos y la gran hazaña del pastorcillo David al derrotar al gigante Goliat. Es considerado libro profético en el canon judío.

Segundo Libro de Samuel: siendo la continuación de I Samuel, cuenta la historia de Israel a partir de la muerte del rey Saúl y el subsiguiente reinado de David, con un suplemento al final.
Primer Libro de los Reyes: Este libro cuenta la historia del reinado de Salomón, hijo de David y de los reinos de Judá e Israel.
Segundo Libro de los Reyes: En este libro continúa la historia de los reinos de Judá e Israel desde la muerte de Salomón hasta la caída de Samaria y de Jerusalén, cabe resaltar que todos los reyes israelitas hicieron lo malo a los ojos de Dios, entre ellos, Jeroboam, Omrí, Ahab y Jezabel, Oseas y Joacaz. También relata los milagros del profeta Eliseo y al final del libro se continúa la historia para culminar en el Exilio de Babilonia.

I Crónicas o I Paralipómenos: Este libro en particular narra el período comprendido desde los orígenes hasta la muerte de David. Cuenta la historia desde Adán hasta Saúl en su primera mitad y luego la de David.
II Crónicas o II Paralipómenos: Este libro en particular narra el período comprendido entre la muerte de David y la liberación final. Cuenta la historia de cada rey de manera muy esquemática y no exhaustiva, indicando en general: nombre del padre, nombre de la madre, duración del reinado, sucesor, lugar de la sepultura, principales acontecimientos y sincronía de cada uno de los reyes de Israel.
Libro de Esdras: Esdras trata especialmente de la reconstrucción del Templo y de la organización legal del judaísmo.
Libro de Nehemías: este libro narra la reconstrucción de las murallas de Jerusalén, el arreglo del templo y las reformas llevadas a cabo por Nehemías.
Libro de Tobías: Éste no es un libro canónico, aunque aparece en el canon católico romano, no es aceptado por la mayoría de denominaciones protestantes ni tampoco por los judíos. Este libro relata el acompañamiento que el arcángel Rafael hace a un joven lleno de fe, que va a buscar esposa y finalmente se casa luego de sortear enormes dificultades con la ayuda del ángel enviado por Dios. Es una apología de los valores familiares y humanos.
Libro de Judit: El libro cuenta la historia de Judit hija de Merari en plena guerra de Israel contra el ejército asirio.
Libro de Ester: Es de gran valor entre el pueblo judío, ya que narra la salvación de los judíos de un exterminio inminente preparado por Haman el amalecita. Dicha salvación se conmemora con la fiesta de Purim.

I Macabeos: Es un libro apócrifo. Macabeos narra el intento de helenizar por la fuerza a los judíos por parte de Antíoco IV Epífanes. Ha sido impugnado por todos los autores protestantes, y no forma parte del canon de la Biblia judía.
II Macabeos: El libro se centra en dos fiestas religiosas: la Dedicación del Templo luego de su reconstrucción (Jánuca), y el día en que Nicanor asedia el templo. También cuenta la historia de Heliodoro, y el martirio de Eléazaro, y de los siete hermanos y su madre. Al igual que I Macabeos, se trata de un libro apócrifo.


Libros Sapienciales
Libro de Job: Éste libro, cuenta la historia de Job (Biblia), un hombre justo y temeroso de Dios que es probado duramente para ver si negaba a Dios y se apartaba de él.
Libro de los Salmos: Este libro contiene salmos y oraciones, mayormente del rey David.
Proverbios: son las enseñanzas de la filosofía teológica que enseñan al hombre a ser como los sabios y a vivir en consecuencia.
Eclesiastés: Es el compendio de las meditaciones de Salomón. Tras investigar la vida y ver que todo es vanidad, discurre que lo único importante en la vida es guardar la Palabra de Dios, por la cual seremos juzgados.
El Cantar de los Cantares: Trata de dos amantes, Salomón y Sulamit, que han sido obligados a separarse.
Libro de la Sabiduría: Es un libro apócrifo y pseudo-epigráfico. Este libro se dirige a los hermanos de su autor alertándolos sobre la ruina a los que los conducirán la idolatría y el ateísmo si se dejasen llevar por ellos.
Libro del Eclesiástico: El libro está dirigido a los judíos piadosos que quieran vivir la vida según la Ley, sin olvidar a los paganos que quieran saber lo que les espera al convertirse en buenos judíos.



Libros Proféticos
Profetas mayores
Libro de Isaías: Este libro contiene profecías con muy vivos destellos de tempranos sueños y aspiraciones de una redención universal para todos los pueblos de la tierra. La exégesis moderna lo divide en al menos tres grandes colecciones de poemas proféticos (Capítulos 1-35, 40-55 y 56-66), y un apéndice histórico (Capítulos 36-39), en parte paralelo o retomado de partes o pasajes de II Reyes.
Libro de Jeremías: Este libro contiene la historia y profecías de Jeremías, un hidalgo judío sumamente sensible, que desde muy joven se sintió obligado a concienciar al pueblo de la necesidad de ser fieles y obedientes ante Dios. De manera insistente profetizó el exilio y destierro del pueblo y de los reyes de Judá por Nabucodonosor de Babilonia, por lo que muchas veces se metió en problemas con las autoridades civiles y religiosas del Reino de Judá.
Lamentaciones: Este libro contiene cuatro lamentaciones acróstico-alefáticas, y una oración, escritas con motivo de la devastación de Jerusalén tras caer en las manos de Nabucodonosor II. Evocan vivamente los horrores del sitio, caída y destrucción de Jerusalén, y la insondable pena de ver a los judíos humillados, marchando hacia el exilio, llevados como ovejas por los conquistadores babilonios.
Libro de Baruc: Baruc o Baruj no es un libro canónico. Es un texto agregado en el canon católico romano. Es una serie de documentos adscriptos a Baruc o Baruj, escriba y secretario del profeta Jeremías, en donde se alecciona a los judíos sobre cómo afrontar y sobrellevar el exilio y cautiverio con responsabilidad y dignidad, y lealtad al Señor. Numerosos autores, así como editores de los escritos bíblicos, presentan como un cuerpo de texto independiente del cuerpo de este libro de Baruc, el Capítulo 6, que contiene una Epístola adscripta al profeta Jeremías.
Libro de Ezequiel: En la introducción, Dios entrega al profeta los lineamientos de su misión profética, mientras que los capítulos siguientes detallan una larga serie de amenazas y futuros castigos para Jerusalén y Judá, para los falsos profetas y, en general, para todos los judíos que han pecado antes de la invasión de Nabucodonosor.
Libro de Daniel: Este libro es la suma de hasta doce distintos documentos que relatan historias y visiones adscriptas a Daniel, un sabio y consejero judío del exilio que prestó sus servicios en las cortes de reyes babilonios. En el canon judío, el libro de Daniel no es considerado parte de los libros de los Profetas, sino como parte de los Ketuvim (Escritos inspirados por el Ruaj haKodesh).



Profetas menores

Libro de Oseas: Este libro relata una profecía que se divide en dos partes.
Libro de Joel: El libro de Joel se encuentra dividido en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, una devastadora plaga de langostas destruye el país, produciendo una celebración penitencial entre las víctimas. La segunda parte trata acerca de los frutos de la penitencia y de la liberación que anuncia una redención futura.
Libro de Amós: Este libro da un mensaje de advertencia hacia las naciones paganas y a los pecadores de Judá e Israel ya que serán juzgados por Yavé (Dios) y castigados pero eventualmente podrían ser perdonados.
Libro de Abdías: El libro de Abdías profetiza la venganza de Yavé contra Edom, que llegará en 312 con su conquista por parte de los árabes.
Libro de Jonás: El libro da cuenta del profeta Jonás y una historia bien conocida en la cual Dios manda a Jonás profetizar o predicar al pueblo de Nínive para persuadirlos de arrepentirse o recibir destrucción.
Libro de Miqueas: Este libro trata sobre el castigo de Dios sobre el reino del norte por pecados como: idolatría, adoración de Baal, sacrificios, rituales de niños, magia y encantamientos.
Libro de Nahúm: Nahúm profetiza la destrucción de Nínive, que simboliza la liberación de todas las esclavitudes.
Libro de Habacuc: Este libro narra los días finales del Imperio Asirio y el principio del dominio de Babilonia a escala mundial bajo Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor.
Libro de Sofonías: El libro de Sofonías es una invitación a la penitencia y una afirmación del amor de Dios hacia el pueblo.
Libro de Ageo o Libro de Hageo: Este libro trata principalmente de la reconstrucción del Templo y se divide en cuatro discursos o sermones que se encuentran en orden cronológico.
Libro de Zacarías: Este libro habla principalmente sobre la restauración del Templo y de Jerusalén y de la coronación del Sumo sacerdote Josué.
Libro de Malaquías: Este es el último libro del Antiguo Testamento que reprocha las actitudes de las familias al separarse y el comportamiento de los sacerdotes por el no cumplimiento al culto divino.

Tabla
Los libros en disputa, incluidos en un canon, pero no en otros, a menudo se llaman apócrifos bíblicos, un término que se utiliza a veces para describir específicamente los libros incluidos en los cánones católicos y ortodoxos que están ausentes en el texto masorético judío y en las biblias protestantes más modernas. Los católicos, siguiendo el Canon de Trento (1546), describen estos libros como deuterocanónicos, mientras que los cristianos ortodoxos griegos, tras el Sínodo de Jerusalén (1672), utilizan el nombre tradicional de anagignoskomena, que significa "lo que ha de ser leído". También están presentes en algunas versiones protestantes históricas: la Biblia alemana de Lutero incluía tales libros, al igual que la Biblia del rey Jacobo (1611) [3] .
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El Antiguo Testamento en el catolicismo romano
La Iglesia católica romana siempre ha considerado los libros del Antiguo Testamento como inspirados. En el Concilio Vaticano II se encuentra un resumen del aspecto histórico-salvífico y del sentido de las experiencias del pueblo judío como fundamento de su inclusión en las fuentes de la revelación cristiana:
Dios amantísimo, buscando y preparando solícitamente la salvación de todo el género humano, con singular favor se eligió un pueblo, a quien confió sus promesas. Hecho, pues, el pacto con Abraham (cf. Gn 15, 18) y con el pueblo de Israel por medio de Moisés (cf. Éx 24, 8), de tal forma se reveló con palabras y con obras a su pueblo elegido como el único Dios verdadero y vivo, que Israel experimentó cuáles fueran los caminos de Dios con los hombres y, hablando el mismo Dios por los profetas, los entendió más hondamente y con más claridad de día en día, y los difundió ampliamente entre las gentes (cf. Sal 21, 28-29; 95, 1-3; Is 2, 1-4; Jr 3, 17). La economía, pues, de la salvación pronunciada, narrada y explicada por los autores sagrados, se conserva como verdadera palabra de Dios en los libros del Antiguo Testamento; por lo cual estos libros inspirados por Dios conservan un valor perenne.

Conc. Vaticano II, Const. Dei Verbum, 14

Canonización

El Antiguo Testamento o Tanaj comenzó su canonización en el 450 a. C. y terminó su canonización en el concilio de Yavne (96 d. C.), por el Sanedrín del primer siglo. Aunque el concilio de Yavne fue más una confirmación que canonización. El último libro en ser canonizado fue el libro de Daniel, en Yavne (Yamnia). Cuando se debatió si Cantar de los Cantares era simplemente un idilio amoroso, Rabí Akiva se levantó en su defensa (ver Halajá) diciendo que Salomón estaba hablando inspirado por el Espíritu Santo, como un Midrash (romance metafórico) entre Dios y el pueblo de Israel.18 (También, por motivos similares se planteó la aceptación o rechazo de Eclesiastés y el rollo de Ester. El Sanhedrín consideró que Ester y Salomón estaban dotados del espíritu de profecía. Rabí Hanina (siglo I) tuvo un arduo trabajo alineando la teología del libro de Ezequiel con la Ley de Moisés. Gracias a eso al final el libro también fue aceptado en el canon.

El Sanedrín terminó listando a aquellos que escribieron el Tanaj:
"Moisés escribió la Torá y Job. Josué escribió su libro y (según ciertos sabios) los últimos 8 versos de Deuteronomio. El libro de Josué fue terminado por Eleazar y Finees. Samuel escribió su libro, Jueces y Rut. El libro de Samuel fue terminado por Gad y el profeta Natán. David escribió el libro de los Salmos, agregando sus cantos a los libros de los ancianos (Adam (Sal 139:16), Melquizedec (Sal 110), Abraham (Sal 89), Moisés (Sal 90), Heman, Jedutún, Asaf y los tres hijos de Coré). 

Jeremías escribió su libro, Lamentaciones y Reyes. Ezequías y sus compañeros editaron los libros de Isaías, y de Salomón (proverbios, Cantar de los Cantares y Eclesiastés). Los hombres de la gran asamblea, (450 a.c.) editaron el libro de Ezequiel, los doce profetas menores, Daniel y el rollo de Ester (Aunque estos fuesen originalmente escritos o dictados por sus respectivos autores). Esdras escribió su libro y las genealogías del libro de Crónicas. Crónicas fue terminado por Nehemías, hijo de Hacalías".
(Talmud; Bava Batra 14b-15a)

Más allá del Tanaj, no se considera canónico ningún libro, como dijera el Sanedrín:
"Cuando Hageo, Zacarías, y Malaquías murieron, el Espíritu Santo dejó Israel".19

Siglos despues, el protestantismo, surgido durante el siglo XVI, aceptó el canon del Sanedrín para su Antiguo Testamento, la iglesia Católica y la Ortodoxa conservaron los llamados libros Deuterocanónicos, que formaban parte del canon en las comunidades judías fuera de Palestina, y las que mejor aceptaron el cristianismo (ver LXX).

Bibliografía
•    Soggin, Alberto (1987). Introduzione all'Antico Testamento. Brescia: Paideia Editrice.
•    Keel, Othmar (2007). La iconografía del Antiguo Oriente y el Antiguo Testamento. Madrid: Editorial Trotta.
•    A. Robert y A. Feuillet (1965). Introducción a la Biblia. Barcelona: Editorial Herder.

Alberto Soggin (10 de marzo 1926  - 27 de octubre de 2010 ) fue un destacado erudito bíblico italiano. Dio sus primeros licenciados en derecho en la Universidad Sapienza de Roma y en teología en el Seminario Teológico Valdense de Roma. Se convirtió en profesor de Antiguo Testamento, el hebreo y el griego en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Hebrea de Jerusalén y luego hasta su retiro en el Seminario Teológico Valdense y en la Sapienza. Entre otras cosas, era un compañero en el Seminario Teológico de Princeton, en el Colegio de San Juan, Cambridge y en la Universidad Hebrea. Ha dado conferencias ampliamente y publicado diversos artículos y libros. Fue miembro del consejo de redacción de Henoch, Vetus Testamentum y Zeitschrift für die Wissenschaft Alttestamentliche.

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