Filosofía del lenguaje: Estado de la cuestión
En este escrito desarrollo un estado de la cuestión de la filosofía del lenguaje. Presento una descripción de los aportes principales en filosofía del lenguaje en general y luego hago referencia a lo que se ha denominado filosofía analítica en sus diferentes estilos.
El significado es un concepto fundamental para la filosofía del lenguaje. Las reflexiones en torno al lenguaje en multitud de ramas filosóficas están consideradas como pertenecientes a la filosofía continental. En casi todas estas disciplinas la idea de lenguaje es remitida al concepto de logos desarrollado en la filosofía griega antigua entendida como discurso o dialéctica. El lenguaje y los conceptos son observados como formando parte de la historia cultural.
El significado es un concepto fundamental para la filosofía del lenguaje. Las reflexiones en torno al lenguaje en multitud de ramas filosóficas están consideradas como pertenecientes a la filosofía continental. En casi todas estas disciplinas la idea de lenguaje es remitida al concepto de logos desarrollado en la filosofía griega antigua entendida como discurso o dialéctica. El lenguaje y los conceptos son observados como formando parte de la historia cultural.
En el campo de la hermenéutica, las reflexiones en torno al lenguaje han jugado un papel fundamental en el seno de la filosofía continental a lo largo de todo el siglo XX, en particular dentro de la línea de reflexión iniciada por Martin Heidegger con su propuesta de giro ontológico de la comprensión. Martin Heidegger combinó la fenomenología desarrollada por su maestro Edmund Husserl, la hermenéutica de Wilhelm Dilthey y gran cantidad de conceptos heredados de la filosofía de Aristóteles para desarrollar su concepción particular del lenguaje.
Dentro de los conceptos más importantes generados por Heidegger se encuentran el de Ser-en-el-mundo, (In-der-Welt-Sein). En su obra El ser y el tiempo Heidegger construye sus filosofía del lenguaje en torno al concepto fundante de Ser-en-el-mundo, tal filosofía se centra en el habla, esto es, en el empleo que se realiza del lenguaje de forma cotidiana.
Hans Georg Gadamer popularizó estas ideas en su obra Verdad y método (Wahrheit und Methode, 1960) en la que proponía una ontología hermenéutica completa. En esta obra Gadamer considera que el lenguaje es "la esencia del ser humano" y que como tal es el medio a través del cual es posible que la comprensión tenga lugar en el ser humano, es más, todo lo que puede ser comprendido es lenguaje. Para Gadamer el mundo es constituido lingüísticamente y no puede existir nada más allá del lenguaje.
Otros filósofos que han trabajado desde la filosofía continental cuestiones relativas al lenguaje son: Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Michel Foucault, Julia Kristeva, Walter Benjamin, Theodor Adorno o Herbert Marcuse.
Las ideas de la teoría del significado se asocian con la tradición británica empírica de Locke, Berkeley y Hume. Dicen que el contenido del significado es puramente mental, provocado por los signos. Sin embargo, esa visión del significado ha sido cuestionada por numerosos problemas desde el principio. La teoría de la verdad condicional se sostiene en qué condiciones tiene que tener una expresión para ser verdadera o falsa.
Los Teóricos del Uso entienden que el significado esté relacionado con actos de lenguaje y su particular pronunciación, no con la expresión en sí misma. Wittgenstein ayudó a crear esa idea del significado del uso.
El libro III del Ensayo sobre el entendimiento humano, de Locke, [ ] es la primera obra en la que se expone de forma sistemática las tesis semánticas basadas en el giro epistemológico cartesiano [ ].
Gottlob Frege, hizo varias contribuciones a la filosofía de influencia de la lengua. Las investigaciones sobre cómo el lenguaje interactúa con el mundo son llamados las teorías de referencia de Gottlob Frege, quien era un defensor de la teoría de referencia mediada. Frege ha dividido el contenido semántico de cada expresión en dos componentes: Sinn (generalmente traducido como "sentido") y Bedeutung (traducido como "significado", "denotación", "nominatum" y "de referencia", entre otros). El sentido de una oración es el pensamiento que expresa. Tal pensamiento es abstracto, universal y objetivo.
Bertrand Russell y Alfred North Whitehead desarrollaron el logicismo [ ] fallido de Frege e intentaron mostrar a su vez que las matemáticas son reducibles a principios lógicos fundamentales. Los “Principia Mathematica”[ ] (1910-1913) alentaron a varios filósofos a tomar un renovado interés en el desarrollo de la lógica simbólica.
Además, Russell adoptó la lógica como su herramienta filosófica primaria, una herramienta que pensó podía exponer la estructura subyacente de diversos problemas filosóficos. Bertrand Russell, En sus escritos posteriores, y por razones relacionadas con su conocimiento de la teoría de en epistemología, sostuvo que las expresiones referenciales son sólo directamente, lo que él llama, "lógicamente los nombres propios".
Más o menos de 1910 a 1930, filósofos analíticos como Russell y Ludwig Wittgenstein se enfocaron a crear un lenguaje ideal para el análisis filosófico que estaría libre de las ambigüedades del lenguaje ordinario que, según su visión, usualmente metía en problemas a los filósofos. En esta fase, Russell y Wittgenstein buscaron comprender el lenguaje, y por tanto los problemas filosóficos, haciendo uso de la lógica formal para formalizar las afirmaciones filosóficas.
Wittgenstein desarrolló un sistema comprehensivo de atomismo lógico [ ] en su “Tractatus logico-philosophicus”. Ahí argumentó, que el mundo es la totalidad de los hechos, y los hechos pueden ser expresados en el lenguaje de lógica de predicados de primer orden. Así, el lenguaje es una “figura” del mundo que se puede construir expresando hechos atómicos en proposiciones atómicas ligándolas usando operadores lógicos.
El formalismo de Russell en los “Principia Mathematica” y Wittgenstein en el “Tractatus logico-philosophicus fue retomado por un grupo de pensadores en Viena y Berlín, quienes conformaron el Círculo de Viena y el Círculo de Berlín. Su doctrina se conoce como positivismo lógico. El positivismo lógico usa herramientas lógicas formales para sostener una explicación empirista de nuestro conocimiento del mundo. [ ]
Filósofos como Rudolf Carnap y Hans Reichenbach, junto con otros miembros del Círculo de Viena sostenían que las verdades de la lógica y las matemáticas eran tautologías [ ] y las de la ciencia eran aseveraciones empíricamente verificables. Estas dos constituían el universo entero de juicios con significado; cualquier otra cosa era un sinsentido.
En 1928, Carnap publicó dos libros importantes: La estructura lógica del mundo (En alemán: «Der logische Aufbau der Welt»), en el que desarrolló una versión formal rigurosa del empirismo, definiendo todos los términos científicos en términos fenomenalísticos.
En Pseudoproblemas de filosofía afirmaba que muchas preguntas filosóficas carecen de sentido, esto es, la manera en que eran planteadas suponían un abuso del lenguaje. Una implicación operacional de esta radical frase se tomó para eliminar la metafísica del discurso humano responsable. Es una posición conocida por la que Carnap fue principalmente conocido durante muchos años.
El libro que lo hizo el más famoso positivista lógico y miembro del Círculo de Viena, fue su Sintaxis lógica del lenguaje (Carnap, 1934). En esta obra, Carnap adelantó su principio de tolerancia, según el cual no existe algo que pueda llamarse lenguaje o lógica «correcto» o «verdadero». Uno es libre de adoptar la forma de lenguaje que le resulte útil a sus propósitos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la filosofía analítica dio un giro hacia el análisis del lenguaje ordinario. Este movimiento tuvo lugar en el auge de la filosofía tardía del en ocasiones llamado “segundo” Wittgenstein, la misma que se distancia en algunos puntos centrales de su primera filosofía.
En contraste con filósofos analíticos anteriores, quienes pensaban que los filósofos debían evitar las engañosas trampas del lenguaje natural construyendo lenguajes ideales, los filósofos del lenguaje ordinario sostuvieron que el lenguaje natural de hecho refleja un gran número de distinciones sutiles que suelen pasar inadvertidas en la formulación de teorías y problemas filosóficos tradicionales.
Mientras escuelas como el positivismo lógico se centraban en términos lógicos, supuestamente universales e independientes de factores contingentes como la cultura, el lenguaje, las condiciones históricas, etc., la filosofía del lenguaje ordinario enfatiza el uso del lenguaje que hacen los usuarios ordinarios. Los filósofos del lenguaje ordinario más prominentes durante los años cincuenta fueron Austin y Ryle, además del propio Wittgenstein.
A principios de la década de los cincuenta, el positivismo lógico había sido fuertemente desafiado por Wittgenstein en las “Investigaciones filosóficas”, por Quine en “Dos dogmas del empirismo” y por Wilfrid Sellars en “El empirismo y la filosofía de la mente”.
En los sesenta, tanto el positivismo lógico como la filosofía del lenguaje ordinario pasaron rápidamente de moda y la filosofía en lengua inglesa comenzó a incorporar un mayor rango de intereses, temas y métodos.
No obstante, hoy día la mayoría de los filósofos de Estados Unidos, Reino Unido y Australia se consideran a sí mismos “filósofos analíticos” [ ]. En gran medida la noción de “filosofía analítica” se extendió desde los programas específicos que dominaron la filosofía anglófona antes de 1960 a una noción mucho más general de “estilo analítico”, caracterizado por la precisión y profundidad con respecto a un tema limitado y en oposición a “discusiones imprecisas y arrogantes sobre temas muy amplios”.
Esta interpretación de la historia no es universalmente aceptada, y los oponentes de la filosofía analítica restan mucha importancia al rol de Wittgenstein durante los sesenta y setenta. Peter Hacker, [ ] representa la visión de los seguidores de Wittgenstein cuando critica que mucha de la filosofía contemporánea que se dice a sí misma analítica realmente no merece el título. Sostiene que bajo la influencia del creciente prestigio de ciertos desarrollos científicos y tecnológicos como la informática, la neurofisiología y la lingüística chomskyiana, los argumentos wittgensteinianos fueron relegados a un segundo término o descartados por completo. Sin embargo lo que Wittgenstein consideraba que eran enfermedades del intelecto, y en las que trabajó largo tiempo para extirparlas, surgieron nuevamente en formas violentamente mutadas.
La Filosofía analítica contemporánea
La Enciclopedia filosófica Symploke [ ] señala:
«En realidad, la filosofía analítica agrupa diversas posiciones filosóficas, muchas veces incompatibles entre sí. Han recibido la calificación de «filósofos analíticos» los atomistas lógicos, los neopositivistas, los analistas del lenguaje científico, los analistas del lenguaje ordinario, determinados filósofos marxistas, etc. Se acostumbra a decir que participan de un «estilo» o método (el análisis lógico) y de unas preocupaciones comunes (la voluntad de claridad, el interés por el lenguaje...)».
Aunque los filósofos contemporáneos que se identifican a sí mismos como “analíticos” tienen intereses, premisas, supuestos y métodos divergentes –y en ocasiones han rechazado las premisas fundamentales que definieron al movimiento antes de 1960- la filosofía analítica, en su estado actual, se define por un estilo particular [ ] caracterizado por la precisión y la profundidad sobre temas muy específicos.
Para Richard Rorty la Filosofía «analítica» es una nueva variante de la filosofía kantiana, caracterizada por considerar que la representación es lingüística más que mental, y que la filosofía del lenguaje, más que critica trascendental o psicológica, es la disciplina que presenta los fundamentos del conocimiento [ ].
Complementando esta observación R. Rorty señala:
“…No creo que exista ya nada que sea identificable como «filosofía analítica», como no sea de alguna forma estilística o sociológica…” [ ].
Saúl Kripke [ ] ha realizado importantes y originales contribuciones en diversos campos relacionados con la lógica, la metafísica y la filosofía del lenguaje. Kripke es mayormente conocido por cuatro contribuciones a la filosofía: Semántica para la lógica modal (y otras relacionadas), llamadas semánticas Kripke, publicada en varios ensayos.
En su obra destacan sus conferencias de 1970 (publicadas en 1972 y 1980) en Princeton, llamadas El nombrar y la necesidad (Naming and Necessity), modificaron la filosofía del lenguaje, y, como algunos lo han dicho, "hicieron a la metafísica respetable de nuevo". Su interpretación de la filosofía de Ludwig Wittgenstein y su teoría de la verdad.
Michael Dummett [ ] ha escrito acerca de la historia de la filosofía analítica y ha hecho importantes contribuciones a esta disciplina, particularmente a las áreas de la filosofía de las matemáticas, la filosofía de la lógica, la filosofía del lenguaje y la metafísica.
Peter Frederick Strawson [ ] es un filósofo asociado con el movimiento de la filosofía del lenguaje, dentro de la filosofía analítica. Fue profesor de filosofía metafísica en la Universidad de Oxford entre 1968 y 1987. Se hizo conocido con su artículo "On Referring" (1950), una crítica a Bertrand Russell y su teoría de las descripciones definidas. Es también conocido por la reconstrucción analítica de los argumentos de Immanuel Kant en la Crítica de la Razón Pura, y por la defensa de una rehabilitación de la metafísica como disciplina filosófica, especialmente en su libro Individuals, en el cual delinea y suministra una muestra de empleo de su proyecto de metafísica descriptiva [ ].
Wilfrid Sellars [ ] es conocido como un crítico de la epistemología fundacionalista [ ], pero sus obras filosóficas más generales están dirigidas hacia el objetivo final de la conciliación de formas intuitivas de describir el mundo (tanto las del sentido común y la filosofía tradicional) con una visión científica naturalista de la realidad. Es reconocido por su argumentación y por su asimilación de diversos temas en la búsqueda de una visión sinóptica. Sellars fue el primer filósofo que sintetizo elementos del pragmatismo americano con los elementos de la filosofía analítica británica y austríaca y el positivismo lógico alemán. Su trabajo también refleja un compromiso sostenido con la tradición alemana del idealismo trascendental, el más obvio en su libro Ciencia y Metafísica: Variaciones kantianas.
W. V. O. Quine [ ]
Así como el Círculo de Viena intentaba continuar el trabajo del Tractatus de Wittgenstein, los filósofos posteriores trataron de refinar el trabajo de los positivistas. La distinción entre enunciados analíticos y sintéticos, presidía en el núcleo del positivismo lógico como las ecuaciones matemáticas, los enunciados analíticos adquieren significado a partir de la definición de sus palabras o sus símbolos.
El destacado filósofo estadounidense Willard Van Orman Quine [ ], desafió la validez de la distinción analítica sintética y al hacerlo cuestionó una tradición que se remontaba al menos hasta Inmanuel Kant o tal vez antes.
Quine en cierto modo estaba más cerca de los positivistas que algunas de las personas del otro grupo de Wittgenstein. En 1951 Quine publicó un artículo llamado “Dos dogmas del empirismo” [ ] que recibió una importante respuesta de una parte de la comunidad filosófica. Entonces, aquí está lo que no funcionó correctamente en la teoría de verificación en manos de los positivistas. “¿Estaban equivocados en que la verificación es la clave para el significado?”. Nosotros diríamos: “No. La aplicaron equivocadamente.”
Ellos trataron de aplicarla a oraciones una por una, pero en realidad sólo puede aplicarse a sistemas completos de oraciones que expresan nuestras teorías completas del mundo. Ahora había un segundo escenario según Quine que se relacionaba con esto y era la doctrina positivista de que hay una clase de proposiciones analíticas que expresan verdades que son totalmente independientes de cualquier declaración acerca del mundo. Son verdaderas sólo en virtud del significado, pero dice Quine; ahora que sabemos que el significado es holístico, sabemos que las oraciones no tienen esta clase de significado independiente. Todas las oraciones obtienen su significado, mediante la contribución que hacen a toda nuestra teoría completa y, en principio, ninguna oración está exenta de ser revisada, si las predicciones acerca de la experiencia llevadas a cabo por nuestra teoría completa resultan falsas.
Entonces, el resultado final es una visión en la que Quine conserva la concepción verificacionista central acerca de qué es el significado, pero rechaza el punto de vista de que hay oraciones que implican análisis puramente conceptuales y que constituyen los problemas especiales de la filosofía. Al tomar esta posición, abandona el punto de vista de que todos los problemas filosóficos son esencialmente problemas de significado y adopta una posición en la que sostiene que la filosofía sigue fundamentalmente la línea de las ciencias naturales y la matemática.
Para Quine la ontología -el estudio de la existencia o del ser- es simplemente la investigación de lo que está implícito en el lenguaje. En consecuencia, los filósofos deben tratar con las presunciones ontológicas del lenguaje, aunque lo que hay no depende del uso que hacemos del lenguaje, lo que decimos que hay, si depende del lenguaje.
Quine concebía al lenguaje como un todo estructural que responde a la experiencia como entidad única. La experiencia penetra la capa exterior y se filtra, aunque de manera diluida hacia el núcleo interior. De este modo, existe una clara distinción entra las proposiciones hechas a partir de la experiencia y aquellas hechas independientes de la experiencia. En el fondo Quine era un empirista pragmático que creía que todos los esquemas conceptuales, la ciencia y la lógica incluidas, son simplemente herramientas que sirven para entender el mundo.
Al tiempo que la filosofía analítica cambió su enfoque del lenguaje hacia la epistemología, también se dividió en otras áreas con mayor afinidad natural por el modo analítico. Filósofos como John Searle, Paul Rice, Donald Davidson, Noham Chomsky, Hilary Putnam, y muchos otros, hicieron contribuciones significativas a la filosofía de la mente, la filosofía de la ciencia, la lógica, etc. Esto conlleva nuevamente a la pregunta “¿Qué queremos expresar al decir filosofía analítica?”. ¿Es un área de estudio en sí misma como la estética?, ¿Es una metodología?, ¿Es simplemente un contrapunto a la tradición continental de Hegel en adelante?
A continuación resumo algunos de los campos más importantes y activos de la filosofía analítica contemporánea:
La Filosofía de la mente y las ciencias cognitivas
Motivado en parte por el interés en el verificacionismo de los positivistas lógicos, el conductismo [ ] (J. B. Watson, B. F. Skinner) fue la teoría de la mente más prominente en la filosofía analítica de la primera mitad del siglo XX. Los conductistas sostenían o bien que toda proposición sobre la mente era equivalente a proposiciones sobre conducta y disposiciones para actuar de modo particular o bien que los estados mentales eran equivalentes a conducta y disposiciones para actuar.
Gilbert Ryle, fue un filósofo, representante de la escuela filosófica de Oxford influenciado por el pensamiento de Wittgenstein sobre el lenguaje y conocido principalmente por su crítica al dualismo cartesiano. Su principal trabajo: El concepto de lo mental fue publicado en 1949 [ ]. Según Ryle el discurso ordinario contiene expresiones equívocas que dan lugar a diversos problemas filosóficos. Ryle considera que los estados mentales en realidad son disposiciones para actuar, y que la introspección puede darnos acceso directo a nuestro propio mundo mental, pero no podemos saber mucho acerca del de las otras personas. Gilbert Ryle sostiene que esos puntos de vista, que han sido lugares comunes desde Descartes, están basados en un «desastroso error categorial».
En la década de los cincuenta, el conductismo cedió posiciones a favor del fisicalismo de tipos [ ] o teoría de la identidad y en los sesenta por el funcionalismo [ ] y la teoría de la identidad de casos (en oposición a la de tipos), sobre todo en la versión de Donald Davidson y su monismo anómalo. [ ] El monismo anómalo ha recibido críticas desde perspectivas diversas. Por un lado, se pone en duda que los argumentos de Davidson en favor de la anomalía de lo mental sean acertados. Se considera al monismo anómalo como una importante posición dentro de la Filosofía de la mente; sin embargo, la mayoría no lo considera la solución al problema mente-cuerpo.
El trabajo de D. Davidson especialmente en “Significado y verdad” [ ], e “Interpretación radical” [ ] identifican un enfoque del problema del significado que es rival a lo que se denomina «teoría causal del significado» desarrollado en la obra de H.P. Griece [ ].
Actualmente los temas de filosofía de la mente se encuentran estrechamente vinculados con diferentes aspectos de las ciencias cognitivas como la modularidad de la mente o el innatismo. También ha habido filósofos analíticos que han defendido el dualismo, la importancia de la conciencia y el dualismo de propiedades, en buena medida alentados por David Chalmers. John Searle [ ] sugiere que la obsesión con la filosofía del lenguaje en la primera mitad del siglo XX fue superada en la segunda mitad por un mayor énfasis en la filosofía de la mente, [ ] en la cual el funcionalismo probablemente sea la teoría dominante. En años recientes, un tema central de investigación en filosofía de la mente ha sido la conciencia.
Dan Sperber es conocido especialmente por su trabajo sobre la pragmática [ ] y, en particular, sobre la "teoría de la relevancia" y la "epidemiología de las representaciones". Su obra más influyente es La Relevancia, junto al británico Deirdre Wilson, que ha pasado a convertirse en el mainstream en pragmática, lingüística, inteligencia artificial y psicología cognitiva [ ]. Para Sperber los procesos cognitivos estarían dirigidos hacia la consecución de una máxima pertinencia, es decir, la búsqueda de una relación óptima entre los esfuerzos cognitivos y sus efectos [ ].
La Ética
En la primera mitad del siglo XX no hubo tratamiento importante de la ética filosófica destacándose actitudes escépticas con respecto al valor (v.gr. el emotivismo [ ]). Durante este tiempo, el utilitarismo [ ] fue la única aproximación no-escéptica a la ética. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, el libro “Filosofía moral moderna” de 1958 de Elizabeth Anscombe [ ] revivió la ética de virtudes de Aristóteles y “Una teoría de la justicia” de 1971 de John Rawls restableció el interés en la filosofía ética kantiana. Actualmente, la filosofía ética se halla dominada por tres escuelas: el utilitarismo, la ética de virtudes y el kantismo. Otro desarrollo importante en la segunda mitad del siglo XX (c. 1970) ha sido la gran preocupación de la filosofía ética contemporánea con las aplicaciones prácticas de la ética, p.e. a través de la bioética.[ ]
Como un efecto colateral del énfasis en la lógica y el lenguaje en los años iniciales de la filosofía analítica, los filósofos analíticos tenían poco que decir sobre la ética.[ ] Wittgenstein, en el “Tractatus”, observa que los valores no pueden ser parte del mundo, y si en realidad son algo deben estar de alguna manera más allá o fuera del mundo y por lo tanto del lenguaje natural, que sirve para describir los hechos del mundo, y no puede pronunciarse en absoluto sobre su valor. Una interpretación de estas observaciones encontró eco en la doctrina de los positivistas lógicos [ ] de que las oraciones de valor –incluyendo todos los juicios éticos y estéticos- no son en realidad proposiciones, es decir, no pueden ser ni verdaderas ni falsas. La filosofía política y social, la ética y la estética, así como materias especializadas como la filosofía de la historia fueron marginales en la filosofía analítica por mucho tiempo.
Para los años cincuenta, los ataques de Phillipa Foot [ ] a esta posición contribuyeron al colapso del positivismo lógico y comenzó un renovado interés en la ética. Foot promocionó mucho el estudio de la ética de virtudes, en oposición al utilitarismo y la deontología de corte kantiano que sobrevivían en la época. En términos de filosofía de la acción la monografía más importante quizá sea “Intención” de Elizabeth Anscombe [ ], a la cual Donald Davidson [ ] denominó como “el tratamiento más importante de la acción desde Aristóteles”, y es normalmente considerada como una obra maestra de la psicología moral.
Gilbert Harman, filósofo norteamericano contemporáneo, profesor en la Universidad de Princeton, ha publicado numerosos trabajos sobre la ética, la epistemología, la metafísica y las filosofías del lenguaje y la mente. Harman comparte las creencias de su asesor de doctorado Willard Van Orman Quine de que la filosofía y la ciencia son continuas, así como su escepticismo sobre el análisis conceptual. Como filósofo moral, es conocido por su argumento explicativo para el anti-realismo y por su defensa de una forma de relativismo moral, en el Relativismo moral y la Objetividad moral (Oxford: Blackwell, 1996), en la que debate la cuestión con Judith Jarvis Thomson [ ].
La Filosofía de la religión
Como con el estudio de la ética, la filosofía analítica temprana tendió a evitar el estudio de la filosofía de la religión, en gran parte rechazando el tema como parte de la metafísica y algo sin sentido. También en la segunda mitad del siglo XX comenzó a haber un renovado interés en la filosofía de la religión, con destacados filósofos que entre otros temas han debatido sobre la validez lógica de defensa del libre albedrío como solución del problema del mal. [ ] p.e. W. Alston, [ ] en conexión con la filosofía del lenguaje, trabajó en la naturaleza del lenguaje religioso.
La Filosofía política
En cuanto a la filosofía política analítica contemporánea John Rawls [ ], en: el artículo “Dos conceptos de reglas” y el libro Justicia como equidad, y luego en su clásico libro de 1971 Una teoría de la justicia [ ], produjo una defensa sofisticada y refinadamente argumentada del liberalismo en política por la vía contractualista. Siguió de cerca el libro de Robert Nozick [ ] Anarquía, Estado y Utopía [ ], una defensa del liberalismo de libre mercado. A la par, Isaiah Berlin [ ], igualmente, ha tenido influencia tanto en la filosofía política analítica como en el liberalismo, principalmente a través de su conferencia Dos conceptos de libertad.
En décadas recientes ha habido muchas críticas al liberalismo, incluyendo el feminismo de Catherine MacKinnon [ ], el comunitarismo [ ] de Michael Sandel y de Alasdair MacIntyre [ ], y el multiculturalismo [ ] de Charles Taylor [ ]. Aunque no se trata propiamente de un filósofo analítico, Jürgen Habermas [ ] es otra figura en la filosofía política contemporánea y ha recibido atención por parte de la filosofía política analítica.
El Comunitarismo
Comunitaristas como Alasdair MacIntyre, Michael Sandel y Charles Taylor cuestionan la presunción liberal de que el individuo puede verse como completamente autónomo de la comunidad en la que vive y crece. En cambio, ellos sostienen una concepción del individuo que enfatiza el rol que juega la comunidad al forjar sus valores, pensamientos, cosmovisiones y opiniones.
Consultar: Filosofía del lenguaje:Saúl Kripke / publicado en mi blog Filosofía