10 de enero de 2010

LA RELACIÓN DE LA MÚSICA CON LA FILOSOFÍA: A PROPÓSITO DE JEAN SIBELIUS.

Aristóteles enseña que "la música imita directamente, es decir, representa las pasiones o estados del alma - apacibilidad, enojo, valor, templanza, y sus opuestos y otras cualidades; por lo tanto, cuando se escucha música que imita cierta pasión, se es imbuido por la misma pasión".

La música es una de las facultades que han caracterizado al hombre durante todo el proceso de hominización y de civilización y que se mantiene vigente en las relaciones comunes del hombre actual. [1]

Recordamos que la música existe desde la prehistoria como expresión ritual o manifestación armoniosa en la relación del hombre con la naturaleza, y que ella evoluciona con el pensamiento del hombre, es evidentemente procesual y se desarrolla al ritmo de la naturaleza humana.

En esta evolución los filósofos son los artistas de las identidades nacionales, son las más lúcidas conciencias y las voces más autorizadas de los procesos que dan un giro a la historia, de allí que se encuentra filósofos que han dedicado parte de su quehacer a reconocer y a exaltar la utilidad de la música en el desarrollo del pensamiento y las innovaciones en el filosofar y la constitución integral de las personas.

La música es factor importante que influye en la formación humana. La influencia de la música en la formación de la persona no sólo se da en cuanto crea un clima particularmente propicio para despertar las facultades creadoras, sino también porque puede dar vida a la mayor parte de las facultades humanas y favorecer su desarrollo. Esta integración de la música en la vida humana suscita diversas aptitudes en los individuos, puesto que es un elemento dotado de un enorme poder de inspiración y tiene la capacidad de influir considerablemente en la actitud, los estados de ánimo, las emociones y los actos humanos.

La filosofía, como madre de las ciencias, hace su aporte directo o indirecto al desarrollo y constitución de cada una de ellas. La música no es la excepción, ya que desempeña un papel importante en la socialización y en la formación de la identidad [2].

JEAN SIBELIUS
Johan Julius Christian Sibelius, es un compositor finlandés de música sinfónica del siglo XX, a quien el compositor húngaro Béla Bartók lo sitúa entre los grandes autores de su época.
Mostró una prolífica producción, incluyendo piezas inspiradas en la epopeya nacional finlandesa Kalevala [3]. El Kalevala es un poema épico compilado por Elias Lönnrot en el siglo XIX a partir de fuentes folclóricas finlandesas, traspasadas desde las progenies más antiguas a las generaciones posteriores, o a través de las recopilaciones de las narraciones populares hechas por los rapsodas, como son los casos de Arhippa Perttunen y Ontrei Malinen, fundamentalmente en la región de Carelia.

El Kalevala, como reminiscencia y conceptualización metafísica de la generación mítica del pueblo finlandés, a la manera de los cantares de gesta medievales, como el Cantar de Hildebrando Beowulf, las Eddas islandesas, el Cantar de los Nibelungos, el Cantar de Roldán o el Cantar de mío Cid, es una de las epopeyas más sugestivas y notables de Europa.

El nacionalismo romántico fue un elemento crucial en la producción artística de Sibelius, así como en sus intereses políticos. Su referencia a la muerte puede verse claramente en varias de las obras que compuso, entre las que se encuentran Luonnotar y la Cuarta sinfonía. Demostró un profundo amor por la naturaleza; el paisaje de Finlandia moldeó el estilo "natural" de su música.

Incluso para los estándares nórdicos, Sibelius respondió con intensidad excepcional a los modos de la naturaleza y al cambio de las estaciones: recorría el cielo con sus binoculares observando los gansos volando sobre el lago helado, escuchaba el canto de la grulla, y el eco de los gritos del chorlito sobre el suelo pantanoso bajo Ainola. Saboreaba cada detalle del florecer primaveral, tanto como los perfumes y colores del otoño.

Inspirado por la belleza y gracia de su tierra natal, Jean Sibelius se ha mantenido como el más prominente de todos los compositores finlandeses. Sus obras muestran un profundo amor y devoción a su país, y poseen un fuerte sentido de nacionalismo y orgullo. En contraste con esto, un sentimiento de animosidad también está retratado en algunas de sus obras. Esto es debido a su firme oposición a la amenaza de la dominación rusa que estaba limitando la independencia de su país, y el debilitamiento de su identidad nacional.

La mayoría de las obras de Sibelius, en particular, los poemas sinfónicos, se basan en las leyendas y los mitos de su país, y sus patrones melódicos y rítmicos característicos de la música popular finlandesa.

El núcleo de su música es la colección de siete sinfonías. Entre sus más famosas composiciones se encuentran:
• Poema sinfónico Finlandia.
• Vals Triste.
• Concierto para violín.
Karelia :
Suite Karelia:
Suite Lemminkäinen, especialmente uno de sus cuatro movimientos, El Cisne de Tuonela. :
• Poema musical Tapiola,
Luonnotar:
Kullervo:
Biografía de Jean Sibelius:





[1] COPLAND, Aaron: Cómo escuchar la música. 3ª ed. Madrid, Fondo de Cultura Económica de España, 2005.
[2] Artículo de filosofía de la música de Adolfo Vásquez Rocca:
Curso de filosofía de la música de Gustavo Bueno:
[3] FERNÁNDEZ, Joaquín: Allá donde la luna de oro (versión libre de "El Kalevala"). Barcelona, 1990.
LÖNNROT, Elias (trad. por Joaquín Fernández y Ursula Ojanen): Kalevala. Alianza Editorial, Madrid, 1992.
CROUZEILLES, Carmen: "Kalevala, el país de los héroes". Versión del poema finlandés "El Kalevala". Ediciones del Eclipse, Buenos Aires, 1995. Ilustraciones de Pez.
EL KALEVALA, traducción Juan B. Bergua, Clásicos Bergua, Ediciones Ibericas, Segunda Edición, 1999.
Kalevala en inglés (traducción por John Martin Crawford):



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