P. Cayetano Acuña Vigil
Baruch Spinoza |
Pese a la enorme influencia de sus escritos, Espinoza renunció a los honores académicos para no mermar su libertad intelectual, rehusando la cátedra de filosofía de Heidelberg que se le ofreció en 1673.
Publicó en vida escasas obras. Una, editada con su nombre en 1663, Los principios de filosofía de Renato Descartes y otra publicada anónimamente en 1670 bajo el título Tratado teológico-político . El resto de su producción intelectual apareció póstumamente: Tratado de la reforma del entendimiento, Ética demostrada según el orden geométrico , sin duda su obra de más relevancia y Breve tratado sobre Dios, el hombre y la felicidad, descubierto a mediados del siglo XIX.
Formado básicamente en la filosofía cartesiana, el racionalismo de Baruch Spinoza tiene influencias de la cultura judía (Maimónides, Chasdai Crescas), del estoicismo (Séneca, Cicerón) y de otros autores como Giordano Bruno y Hobbes.
El problema fundamental que trata en su obra gira en torno a la cuestión de la unidad y la multiplicidad: el problema de la identidad y la diferencia y su explicación causal. Considera que la heterogeneidad de seres que observamos en el universo es explicada, como postuló Aristóteles, por sus causas.
Spinoza se pregunta; ¿cómo podemos acceder a esta unicidad? ¿Cómo podremos demostrar verdaderamente cuáles sean las causas de todo lo real y múltiple? Sostiene que el conocimiento de los principios determinantes y rectores del mundo no puede adquirirse a través de la experiencia (que nada puede decirnos acerca de las conexiones necesarias entre los hechos), sino por el puro proceder de la mente, según sus propias leyes. En esto consiste la labor filosófica realizada por Spinoza y explicada en Ethica more geometrico demonstrat, en el que presenta un sistema filosófico coherente que se esfuerza por ofrecer una imagen de la realidad y por comprender el significado de una vida ética.
En esta obra la filosofía de Spinoza, toma como modelo el proceder deductivo y a priori de las matemáticas, basándose en la suposición de que “el orden y la conexión de las ideas es lo mismo que el orden y la conexión de las cosas”. El orden causal que rige los acontecimientos es idéntico al orden que el entendimiento sigue cuando opera con las ideas, cuando construye a priori, independientemente de la experiencia, su objeto, tal y como hacen las matemáticas y la geometría, disciplinas modelo por su rigurosa certeza.
Para Spinoza el proceder puro de la mente evidencia que no hay una pluralidad de causas de los acontecimientos, sino una única causa eficiente de la totalidad, denominada por Spinoza, Dios o la naturaleza, Deus sive natura, afirmación que puede interpretarse como una naturalización de Dios o como una teologización de la naturaleza. Frente al dualismo cartesiano y el pluralismo metafísico de las mónadas de Leibniz, Spinoza postula un monismo metafísico: únicamente existe una substancia y sólo una, entendiendo por tal:
Spinoza elimina el ámbito de lo posible: para el no hay substancias “potenciales”.
En la afirmación de que, fuera de Dios no puede darse ninguna substancia, siendo este la causa inmanente de todos los seres (modos): “Dios es la causa inmanente y no transeúnte, de todas las cosas”, reside fundamentalmente el panteísmo de Spinoza,
Para Spinoza la realidad es una y la misma pero observada desde perspectivas diversas, desde distintos puntos de vista, según nos atengamos al atributo del pensamiento o de la extensión. El problema del dualismo cartesiano y de la interacción entre alma y cuerpo es, por lo tanto, un falso problema.
Sostiene que si naturaleza y Dios se identifican, es imposible hablar de azar en el mundo, ya que la naturaleza no es contingente. Para Spinoza todo está determinado por la necesidad de la naturaleza divina, incluso el mismo Dios no podría haber “creado” el mundo de otra manera: su libertad es necesaria y obligada. Los seres finitos surgen necesariamente y los hechos son causales pero no casuales. Por esto sostiene que todo esto supone la eliminación de la libertad humana y que esta no es más que un espejismo producto de la ignorancia.
Este postulado no anula, sin embargo, la praxis humana, la ética. Pese a que no conocemos el orden total por el que se rige la naturaleza, si podemos asumir “activamente” la necesidad absoluta de nuestras acciones. La voluntad y el entendimiento son una y la misma cosa, y por lo tanto, cuando conocemos la necesidad de los aconteceres, esto es, a Dios, podemos sentirnos libres (forzada y necesariamente). El amor a Dios coincide con la sabiduría, con el conocimiento del orden racional necesario.
Spinoza postula que el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas. Este es el fundamento de todo su sistema filosófico. Esto implica:
a. Que todo lo real y cada una de sus partes están relacionadas entre sí. La realidad tiene la misma estructura que un sistema geométrico -cada proposición y teorema se vinculan estrechamente con los demás-. A partir de ciertos axiomas y definiciones se deduce en forma de teoremas la estructura de la realidad.
b. La conexión entre las ideas y proposiciones de un sistema geométrico-matemático es necesaria, continua e intemporal.
Por tanto, todas las conexiones entre el orden del pensamiento y el de la realidad serán también necesarias, continuas e intemporales. Spinoza, contempla la realidad desde el modelo geométrico y desde una perspectiva intemporal, como desde la eternidad.
Bibliografía:
Fuentes primarias
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Fuentes secundarias
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Filosofia Política de Spinoza : Enciclopedia Stanford
Baruch Spinoza: Enciclopedia Stanford