Cayetano Acuña Vigil
GABRIEL MARCEL |
El Dramaturgo y filósofo francés sostenía que los individuos sólo pueden ser comprendidos en las situaciones específicas en que se ven implicados y comprometidos. El contexto y la circunstancia constituyen el eje de su pensamiento, calificado como existencialismo cristiano [1].
En su primer libro, Diario metafísico [2], Marcel aboga por una filosofía de lo concreto que reconoce que la encarnación del sujeto en un cuerpo y la situación histórica del individuo condicionan en esencia lo que se es en realidad.
Marcel distinguió la reflexión primaria, que tiene que ver con los objetos y las abstracciones. Esta reflexión alcanza su forma más elevada en la ciencia y la tecnología. La reflexión secundaria -usada por él como método- se ocupa de aquellos aspectos de la existencia humana, como el cuerpo y la situación de cada persona, en los que se participa de forma tan completa que el individuo no puede abstraerse de los mismos.
La reflexión secundaria contempla los misterios y proporciona una especie de verdad (filosófica, moral y religiosa) que no puede ser verificada mediante procedimientos científicos, pero que es confirmada mientras ilumina la vida de cada uno.
Marcel, a diferencia de otros existencialistas, hizo hincapié en la participación en una comunidad en vez de denunciar el aislamiento humano ontológico. No sólo expresó estas ideas en sus libros, sino también en sus obras de teatro, que presentaban situaciones complejas donde las personas se veían atrapadas y conducidas hacia la soledad y la desesperación, o bien establecían una relación satisfactoria con las demás personas y con Dios.
En cuanto a la familia, Marcel después de reflexionar en su experiencia de la temprana muerte de su madre, afirmaba que la familia era una especie de símbolo de una realidad personal mucho más rica y profunda donde el amor recíproco y la mutua donación son la base o fundamento. En ese mundo, el niño ve un refugio de recuerdos felices donde vuelve cada vez que hace falta. En el caso de los que morían hacía notar al mismo tiempo su lejanía (ya no están) y su cercanía (la nostalgia).
Los textos de su Journal Metaphysique reflejan tanto sus estudios de filósofos y corrientes de pensamiento, como sus experiencias personales. Así la segunda parte del Journal trata de su experiencia de la guerra y evoca su idea de la trascendencia de la existencia encarnada por medio de un análisis fenomenológico propio.
Esta metodología fue desarrollada ulteriormente cuando oponía la «fenomenología del tener» a la «fenomenología del ser» que lo pone en las puertas de la metafísica.
En "Homo viator" agrupa una serie de conferencias, estudios y escritos inéditos que fueron pensados y redactados durante la ocupación nazi de Francia. En sus páginas, sin embargo, no existe rastro de desánimo y abatimiento, sino una gozosa esperanza fundada en ese "vivir soñando" que ya comenzaba a anticipar la ansiada liberación.
Gabriel Marcel considera que el ser humano está siempre en camino; por tal motivo la peregrinación se le revela como el único modo de responder a los diferentes interrogantes que se van planteando a lo largo de la existencia: el otro, la familia, la inmortalidad, los valores, la salvación, la experiencia del espíritu. Cada uno de estos temas tiene sentido si no se pierde de vista otra afirmación fundamental: el valor sagrado de la vida. Su reivindicación hace posible la verdadera esperanza.
A lo largo de toda la vida y obras, Marcel se concentra en el ser, comprendido en el contexto antropológico más amplio posible. Sin embargo, todo ello encuentra su fundamento en la relación primordial con el Ser Absoluto, Dios.
A veces se puede tener la impresión que el discurso sobre el ser en Marcel coincide con la teología, con el discurso sobre Dios. En el fondo del primero se encontraría el segundo. En la obra de Marcel el hombre es homo viator, en movimiento hacia Dios. En donde Marcel presenta a Dios como el director de una sinfonía, la de todos los seres.
Marcel sugiere que el filósofo debe pensar, “hacia los demás”, hacia la humanidad. Para esto tiene que reconocer que el hombre es un ser portador de luz. Marcel no puede concebir al filósofo como alguien que esté todo orientado hacia una reflexión especulativa y abstracta siempre más absoluta y definitiva. «Mi obra filosófica se presenta enteramente como una lucha obstinada, sin tregua, contra el espíritu de abstracción»
De acuerdo con su preferencia por la filosofía concreta que habla en el lenguaje ordinario, Marcel empieza muchos de sus ensayos filosóficos con una observación acerca de la vida.
Una de sus observaciones centrales sobre la vida y la experiencia, de la que deriva muchas distinciones filosóficas, es que vivimos en un mundo roto. "Un mundo en el que la exigencia ontológica", es silenciada por un relativismo inconsciente o por un monismo que no considera lo personal, " hace caso omiso de lo trágico y lo niega lo trascendente".
La caracterización del mundo como fracturado, no implica necesariamente que hubo un tiempo cuando el mundo estaba intacto. Sería más correcto hacer hincapié en que el mundo en que vivimos esta esencialmente quebrado, fracturado en su esencia, además de haber sido más fracturado por los acontecimientos de la historia. La observación tiene por objeto señalar que nos encontramos aquí y ahora en un mundo que está fracturado. Esta situación se caracteriza por el rechazo (o incapacidad) para reflejar, y negar lo trascendente. Aunque muchas cosas contribuyen a la "fragilidad" del mundo, el sello distintivo de su manifestación moderna es "la mala colocación de la idea de la función".
Marcel quería que su reflexión, más que un contenido, fuese una vía que cada uno pueda seguir libremente, un método que cada uno aplica con originalidad a la gran riqueza de la vida. Su obra trata de una indagación continua y casi infantil, llevada a cabo con una curiosidad impaciente y universal, libre de todo utilitarismo, al mismo tiempo realista y responsable. Constituye para Marcel, su vocación, el proyecto de su vida.
Referencia
Las conferencias Gifford:
[1] movimiento filosófico, cuyo postulado fundamental es que los seres humanos, en forma individual, son los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Las cuestiones filosóficas del existencialismo tienden a escudriñar en lo profundo de la condición humana. Filosóficamente, una parte importante de la condición humana está intentando determinar simplemente qué es la condición humana. Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre y José Ortega y Gasset, Edith Stein se han referido a ella.
[2] Marcel, Gabriel. Diario metafísico. Madrid, 1969. Ediciones Guadarrama. Trad. cast. de Félix del Hoyo. 217 pp.
Filosofia de la existencia
Filosofia de la existencia
Referencia a conceptos empleados en el texto
Desde la época de Locke hasta Brentano, lo que se ha dominado "psicologismo" ha tenido un lugar bien importante en las diferentes discusiones filosóficas desde antes del siglo XVII hasta el siglo XIX. Después de las críticas de Frege y de Husserl, aparentemente el "psicologismo" ha caído en un desprestigio. Notturno señala que la palabra "psicologista" se convirtió en un término para acusar a otros filósofos, siempre en un sentido peyorativo.
LA FENOMENOLOGÍA es una parte de la filosofía que estudia y analiza los fenómenos lanzados a la conciencia, es decir, las esencias de las cosas. Dicho de otro modo, la fenomenología es la ciencia que estudia la relación que hay entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad (psiquismo, la conciencia).
Lo que vemos no es el objeto en sí mismo, sino cómo y cuándo es dado en los actos intencionales. El conocimiento de las esencias sólo es posible obviando todas las presunciones sobre la existencia de un mundo exterior y los aspectos sin esencia (subjetivos) de cómo el objeto es dado a nosotros. Este proceso fue denominado epoché por Edmund Husserl, el padre de la fenomenología y se le caracteriza por poner entre paréntesis la existencia de las cosas; es decir, va a las cosas mismas.
El fenómeno (del griego: φαινόμενoν: "apariencia", en plural: phenomena φαινόμενα) es el aspecto que las cosas ofrecen ante nuestros sentidos; es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas, lo que denominamos experiencia. La misma palabra hace pensar que detrás del fenómeno puede existir una estructura no perceptible directamente, el filósofo Immanuel Kant lo llamó noúmeno.
Durante mucho tiempo se valoraba como verdadero lo que “estaba oculto” más allá de la apariencia, del fenómeno, y el intento del conocimiento era “desvelar” eso oculto como esencia, la cual así como diversas clases de verdad.
El término fenómeno tiene un sentido especial en la filosofía de Kant, al poner en contraposición el concepto de fenómeno con el de noúmeno. Los fenómenos constituyen el mundo tal como lo percibimos, en oposición al mundo tal como existe independientemente de nuestra experiencia, a lo que Kant llama «la cosa en sí misma» (Das Ding an sich). Según Kant, el ser humano no puede conocer las cosas-en-sí-mismas, sino solamente las cosas tal como las percibe o experimenta. Por lo tanto, la tarea de la Filosofía consiste en tratar de comprender el propio proceso de la experiencia.
El concepto de "fenómeno" condujo a una corriente de la filosofía conocida como Fenomenología. Entre las figuras señeras de dicha corriente se cuentan los filósofos alemanes Hegel, Husserl y Heidegger, así como el francés Derrida.
La versión kantiana de los fenómenos se ha considerado asimismo que ha influido en el desarrollo de los modelos psico-dinámicos en la Psicología, así como de las más recientes teorías sobre el modo en que interaccionan el cerebro, la mente y el mundo exterior.
LA PSICOLOGÍA («psico», del griego ψυχή, alma o actividad mental, y «logía», -λογία, tratado, estudio) es la disciplina que estudia los procesos psíquicos, incluyendo procesos cognitivos internos de los individuos, así como los procesos sociocognitivos que se producen en el entorno social, lo cual involucra la cultura. El campo de los procesos mentales incluye los diversos fenómenos cognitivos, emotivos y conativos, así como las estructuras de razonamiento y racionalidad cultural.
La disciplina de la psicología abarca todos los aspectos complejos del funcionamiento psíquico humano. Para los autores de la corriente académica anglosajona del Behavioural sciences, el ámbito de investigación y acción de la psicología científica es exclusivamente el comportamiento humano, distinguiendo sólo tres áreas: ciencia de la conducta, ciencia cognitiva y neurociencia.
Se entiende como psicólogo a toda persona que estudia el comportamiento humano en sus diferentes ámbitos desde un enfoque científico. De ahí que personajes tan importantes como Sigmund Freud, Carl Jung, Carl Rogers, Alfred Adler, Jean Piaget, Wilhem Wundt o Eric Berne, que provienen de áreas tan dispares como la medicina, la biología y la física, sean considerados como los padres de la psicología. En psicología y biología.
EL COMPORTAMIENTO es la manera de proceder que tienen las personas u organismos, en relación con su entorno o mundo de estímulos. El comportamiento puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, público o privado, según las circunstancias que lo afecten.
Obras
• Diario metafísico (1923) Journal Métaphysique 1913-1923, Gallimard, Paris 1927; trad. cast. Diario metafísico, Losada, Buenos Aires 1957, y Guadarrama, Madrid 1969;
• Ser y tener (1933)
• Del rechazo a la invocación (1940)
• Homo viator (1944). Homo Viator. Prolégomènes à une métaphysique de l’Espérance, Aubier-Montaigne, Paris 1944; trad. cast. Prolegómenos para una metafísica de la esperanza, Nova, Barcelona 1954;
• El misterio ontológico (1959)
Ediciones en español
• Marcel, Gabriel (1987). Aproximación al misterio del ser: Posición y aproximaciones concretas al misterio ontológico. Encuentro Ediciones, Madrid 1987
• Positions et approches contrèts au mystère ontologique, in Le Monde Cassé, Declée de Brouwer, Paris 1933; trad. cast. Aproximación al misterio del ser. Posición y aproximaciones concretas al misterio ontológico, Encuentro, Madrid 1987;
• Marcel, Gabriel. La condición del intelectual en el mundo contemporáneo. Ediciones Rialp.
• Marcel, Gabriel (1969). Diario metafísico. Ediciones Guadarrama.
• Marcel, Gabriel (1967). Dos discursos y un prólogo autobiográfico. Editorial Herder.
• Marcel, Gabriel (1967). En busca de la verdad y de la justicia. Editorial Herder.
• Marcel, Gabriel (1971). Filosofía para un tiempo de crisis. Ediciones Guadarrama.
• Marcel, Gabriel (1971). Incredulidad y fe. Ediciones Guadarrama.
• Marcel, Gabriel (1971). El misterio del ser. Edhasa. Le mystère de l’être (Gifford Lectures 1949-50), 2 vols, Aubier-Montaigne, Paris 1951; trad. cast. El misterio del ser, en Obras selectas (I), BAC, Madrid 2002, pp. 1-387;
• Marcel, Gabriel. Obras selectas. Biblioteca de Autores Cristianos.
• Marcel, Gabriel (1995). Ser y tener. Caparrós Editores.
• Gallagher, K. T., La filosofía de G. Marcel, Madrid, 1966;
• Gilson, E., in Aa.vv., Existentialisme chrétien: Gabriel Marcel, Plon, Paris, 1947;
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