16 de enero de 2011

LAS PARADOJAS DE LOS DOGMAS DEL EMPIRISMO.

Revisando mis notas sobre la obra de W.V.O Quine encuentro de actualidad compartir estos escritos que complementan mis publicaciones sobre filosofía analítica y filosofía del lenguaje en este blog. 



   Quine sostiene en “Dos dogmas del empirismo” que el empirismo moderno ha sido condicionado por dos dogmas, el de las verdades analíticas y el del reduccionismo, y que ambos están mal fundados. Postula que la consecuencia de esta situación es que se pierde la distinción entre la metafísica especulativa y la ciencia natural por un lado y que se privilegie una orientación hacia el pragmatismo.



Die Konzeption Des "Noein" Bei Parmenides Von Elea (Studia Praesocratica) by Maria Marcinkowska-Rosó ( 30 May 2010) 

La oposición ciencia-filosofía se basa en una contraposición de íntimas necesidades que cada una de ellas tiene. La exigencia racional heredada de Parménides se enfrenta a la obcecación crítica de la ciencia, que también es vieja como el hombre. Ambas luchan contra lo que Descartes llamó "prevención y precipitación", es decir los prejuicios y lo que podríamos denominar furor cognoscendi, análogo a aquel curandi del que hablaba Freud, que conspiraba contra la labor psicoanalítica.
   Se llama pragmatismo al método filosófico que estima que el único criterio apropiado para juzgar la verdad de cualquier doctrina o teoría, se ha de fundar en la observación de sus efectos reales obtenidos en la práctica. Es muy semejante al utilitarismo, la creencia de que la utilidad es el estándar de lo que es bueno. Para un pragmático / utilitario, si una técnica o curso de acción tiene el efecto deseado, es bueno. Si no parece funcionar, debe estar equivocado. Lo problemático se encuentra en que la persona se inhibiría en sus decisiones, porque no podría decidir por el sólo razonamiento, sino que necesitaría probarlo todo en la práctica.

Empirismo:
El empirismo es una doctrina filosófica que se desarrollo en los siglos XVII y XVII contraponiéndose al racionalismo, con el fin de concretar, el origen del conocimiento, realizando descripciones fenomenológicas del mismo, para encontrar los elementos que la constituyen.

Representantes:
John Locke, quien pone como principio de todo conocimiento a la experiencia, además, que rechaza las ideas innatas y hace una comparación del espíritu como una tabula rasa, encontrando el origen del conocimiento en la sensación y la reflexión;
George Berkeley, dice que el origen del conocimiento es la como vivencia de la realidad. Postula que todas las ideas son concretas y provienen de los sentidos externos, de los sentidos internos y de la creación imaginativa – fantasiosa;
David Hume, señala como único fundamento de la ciencia y origen del conocimiento por medio de la experiencia, el hábito, la costumbre, la asociación de ideas, ya que la causalidad y la sustancia son meras ficciones;
Francisco Bacon, realiza sus estudios utilizando el método inductivo en la observación desplazando el deductivo aristotélico, propone coleccionar y organizar los hechos que la experiencia nos brinda a fin de ascender a los axiomas y principios, por medio de la inducción.

La Analiticidad
Quine se centra en demostrar que las diversas explicaciones de la analiticidad son circulares. Su propósito principal es demostrar que no se ha dado ninguna explicación satisfactoria de la analiticidad.

    En su ensayo seminal, "Dos dogmas del empirismo" (1951)-uno de los ensayos más importantes e influyentes en el siglo XX, Quine - ataco la noción de analiticidad. El punto principal de su argumento era que las diferentes nociones de analiticidad son circulares, y que ninguna explicación satisfactoria de analiticidad se ha dado.
   Si se acepta este alegato, que fue rechazado, o al menos cuestionado por Paul Grice y Strawson PF, Hilary Putnam, Scott Soames, y otros, entonces el programa de los empiristas lógicos tiende a desintegrarse debido a que la distinción entre enunciados analíticos y sintéticos se desmorona.
   Esta distinción es crucial para los empiristas lógicos, ya que consideran que todos los enunciados verdaderos están basados en la lógica o en la experiencia positiva del mundo. Pero si la distinción entre enunciados analíticos y sintéticos no se puede mantener, se tiende a destruir los fundamentos del programa de los empiristas lógicos (positivistas lógicos).
   Hoy día la oposición empirismo-racionalismo, como la distinción analítico-sintética, no suele entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos anteriores, y más bien una u otra postura obedece a cuestiones metodológicas y heurísticas o de actitudes vitales más que a principios filosóficos fundamentales.
   En lógica y filosofía, la distinción analítico-sintética es la distinción entre dos tipos de proposiciones: las proposiciones analíticas y las proposiciones sintéticas.
   Una proposición analítica es aquella cuya verdad depende de las relaciones de ideas o conceptos, y no en lo que dice sobre el mundo o la forma en que el mundo es. Esto se ha expresado en un número de maneras diferentes. La verdad analítica y propuestas de análisis fueron las nociones fundamentales para los empiristas lógicos (también conocidas como positivistas lógicos) y los miembros del Círculo de Viena.
   En general, las proposiciones analíticas son aquellas cuyo valor de verdad puede ser determinado en virtud del significado de los términos involucrados, y las proposiciones sintéticas son aquellas que para determinar su valor de verdad, requieren algún tipo de contrastación empírica. Por ejemplo, la proposición "ningún soltero es casado" es una proposición analítica, porque basta con entender lo que significa "soltero" y "casado" para convencerse de que es verdadera. Por otra parte, la proposición "algunos solteros son doctores" es una proposición sintética, dado que para determinar si es verdadera o falsa, habría que hacer una encuesta o algún tipo de investigación empírica.
   De acuerdo con la dicotomía analítico-sintética es posible distinguir, entre los enunciados verdaderos, aquellos que lo son en virtud del significado de sus términos (los enunciados analíticos) y aquellos que son verdaderos en virtud de los hechos (los enunciados sintéticos).
   Por esta razón, serán los enunciados sintéticos los que contengan información respecto del mundo, en tanto que los enunciados analíticos carecerán de todo contenido empírico; serán, usando una expresión de Wittgenstein, meras tautologías carentes de contenido.

La distinción tiene una larga historia en la filosofía, y ha sido presentada bajo distintos nombres. Por ejemplo, Gottfried Leibniz habló de verdades de razón y verdades de hecho,  David Hume de relaciones de ideas y cuestiones de hecho, e Immanuel Kant de juicios analíticos y juicios sintéticos. El filósofo estadounidense IC Lewis (1883 - 1964), sostuvo que la verdad de análisis proviene de las convenciones lingüísticas.
Por otra parte, el grado en que estos términos refieren a lo mismo es debatible.

Filosofía antigua
Una de las primeras reflexiones en torno a una proposición analítica puede encontrarse en la famosa expresión de Parménides: "el Ser es y el no-Ser no es". La verdad necesaria de esta proposición parece ser una consecuencia directa de lo que se entiende por Ser y por no-Ser.
   La noción aparece más elaborada en Platón. En efecto, las proposiciones analíticas se manifiestan en el conocimiento dialéctico platónico, a partir de la elaboración de los conceptos universales que, como Ideas, hacen posible la comprensión de los objetos de este mundo. Pues en efecto cualquier afirmación sobre la esencia de algo es una afirmación de ese algo como caso particular de una Idea que, en última instancia, lo define. Los entes materiales adquieren su realidad a partir de la participación en las Ideas, según un orden riguroso que es permanente y no cambia.

Aristóteles emplea el termino analntikh  texnh, para designar el análisis que se remonta a los principios , también se da el nombre de Analitika a Los primeros y segundos analíticos de Aristóteles.
[Aristóteles. Rhetorica, Madrid, Gredos, 1990.  I, 4, 1359b 10, pg. 199]

Filosofía medieval
Los comentarios de Boecio a Aristóteles tuvieron una enorme influencia en la filosofía medieval y dieron lugar a la gran polémica sobre la realidad de los conceptos universales, polémica que fue especialmente importante para la historia de la Universidad de París entre los siglos XI y XIII.
   Las proposiciones analíticas, en tanto universales y necesarias, fueron entendidas como ciencia hasta la Edad Moderna, en contraposición a las proposiciones sintéticas que constituían la opinión.

Filosofía renacentista
En el Renacimiento, el padre Francisco Suárez considera la identidad del sujeto con sus predicados, rechaza el argumento cosmológico de la existencia de Dios y subraya que dicha demostración ha de provenir del paso de lo creado a su Creador: de lo contingente a lo necesario, introduciendo la reflexión sobre lógica modal.
   Tanto en su método de reflexión formalista como en la modernidad de su pensamiento es el antecedente más próximo a lo que va a constituir uno de los fundamentos del racionalismo y el establecimiento del principio de razón suficiente, sobre el que el concepto de proposición analítica va a encontrar su definición última.

Filosofía moderna
La distinción analítico-sintética adquirió especial relevancia a partir de la Edad Moderna en el modo de concebir el conocimiento y la posibilidad de obtener conocimiento seguro, universal y necesario en la ciencia. Fue éste un elemento esencial en la disputa entre el racionalismo y el empirismo.


Filosofía contemporánea
Heidegger emplea el término Analitík cuando propone una analítica ontológica de la existencia, con la finalidad de interpretar el sentido del ser en general (Sein und Zeit  5)
Algunas de las implicaciones de la postura de Quine han sido desarrolladas en contradicción con otras ideas del mismo Quine, por autores como:

Richard Rorty, quién en La filosofía y el espejo de la naturaleza califica la doctrina holística de Quine como absurdamente paradójica señalando que la precisión que busca requiere una teoría que sea automática e intrínsecamente precisa. [Rorty, Richard. 1979. La filosofía y el espejo de la naturaleza, Madrid, Catedra, 2001, p. 161, p. 171.]



Donald Davidson.
Siguiendo los pasos de Quine, Davidson acaba con lo que él considera como el tercer y último dogma del empirismo: el dogma de la dualidad del régimen y la realidad. Donald Davidson, a diferencia de Quine, se mantiene en la pretensión de explicar el significado de una frase con ayuda de las condiciones de verdad, pero ya no piensa éstas con independencia del interpretar comprensivo en la comunicación intersubjetiva.
   En The Very Idea of a Conceptual Scheme, señala que el empirismo modificado sigue conteniendo un tercer dogma, consistente en suponer la existencia de datos puros de la experiencia por un lado y esquemas organizadores de esos datos por el otro. De acuerdo con este dogma, nuestras teorías acerca del mundo serían el resultado del modo en que los esquemas conceptuales organizan los datos provenientes de la experiencia. Las críticas de Davidson apuntan a señalar que esa distinción es insostenible y, si eliminamos esta distinción, que Quine parecía seguir aceptando, no queda nada a lo que podamos llamar empirismo.
   El mismo Quine reconocerá el impacto de la crítica de Davidson, al menos al empirismo entendido como teoría de la verdad, aunque lo rescatará como teoría de la evidencia.




Paul Grice y P. Strawson criticaron el ensayo de Quine: " Dos Dogmas del empirismo”  en ‘In Defence Of A Dogma’   [1957, (Paul Grice con P. F. Strawson), ‘In Defence Of A Dogma’, Philosophical Review 65: 141-58. Reprinted in SWW.] ]




Grice y Strawson comienzan su artículo con una disección de las diferentes formas en que se puede rechazar una dicotomía y concluyen en que el rechazo de Quine de la distinción analítica / sintético es uno de los casos más extremos:


En su ensayo "Is Logic Empirical?" Hilary Putnam,  ofrece una continuación matemática de la idea de Quine. En primer lugar elabora una analogía entre las leyes de la lógica y las de la geometría: En algún momento se creyó que los postulados de Euclides eran verdades acerca del espacio físico, pero las teorías físicas modernas están basadas en geometrías no-euclidianas, con una noción de la línea recta diferente y fundamentalmente incompatible.

[PUTNAM, HILARY (1975). «The logic of quantum mechanics». Mathematics, Matter, and Method. Philosophical Papers (I). Cambridge: Cambridge University Press.]


En el artículo titulado "¿Es empírica la lógica?", Michael Dummett afirma que el interés por el realismo propio de Putnam demanda distributividad: el principio de distributividad es esencial para el entendimiento que el realista tiene de cómo las proposiciones sobre el mundo puedan ser verdaderas, del mismo modo que afirma que lo es el principio de bivalencia.

[DUMMETT, MICHAEL (1978). «Is logic empirical?». Truth and other Enigmas. Londres: Duckworth.]

En su obra Análisis Filosófico en el siglo XX  la obra de Quine y Davidson son los temas de la parte cinco y seis del volumen II. Soames examina los argumentos de Quine de la indeterminación de la traducción en Palabra y objeto, hace una evaluación de la misma y explica las consecuencias radicales de esta tesis. Soames trata el argumento de Davidson de que las teorías de la verdad son las teorías del sentido, y examina su argumento en contra de los esquemas conceptuales alternativos. En esta obra Soames realiza un tratamiento característicamente detallado, claro y penetrante de algunas de las doctrinas centrales de ambos filósofos.


[Soames, Scott. Análisis Filosófico en el siglo XX, Princeton, Princeton University Press, 2003]


P. Hacker formula objeciones al trabajo de S. Soames y se pregunta:
¿Proporciona una explicación de la filosofía analítica desde 1900 hasta 1975?
¿Explica correctamente el pensamiento de los filósofos analíticos más importantes?
¿Selecciona  las obras más importantes y representativas de lo que cada uno de los filósofos discuten?
¿Se ha evaluado adecuadamente la evolución del pensamiento de los principales filósofos en el período?


[P.M.S. Hacker. Scott Soames’s Philosophical analysis in the twentieth century]

También Christopher Pincock  ha comentado críticamente el libro de Soames. Adjunto el link al artículo respectivo.
[Christopher Pincock (pincock@purdue.edu).  “Comments on Scott Soames, Philosophical Analysis in the Twentieth Century”, volume I , (APA Pacific 2006), December 2, 2005]

Quine afirma que todas las creencias están en principio sujetas a revisión frente a los datos empíricos, incluyendo las así llamadas proposiciones analíticas. De modo que las leyes de la lógica, por cuanto son casos paradigmas de proposiciones analíticas, no son inmunes a una revisión. Para justificar esta afirmación cita las paradojas de la mecánica cuántica: Birkhoff y von Neumann propusieron resolver dichas paradojas abandonando el principio de distributividad, lo cual llevaría a sustituir la lógica clásica por una suerte de lógica cuántica.
   Quine encuentra que los enunciados lógicamente verdaderos son analíticos,  [Quine, p. 52,3] pero sin embargo encuentra que hay enunciados que pueden convertirse en verdades lógicas sustituyendo sinónimos por sinónimos. [Quine, p. 53,2]
   En su argumentación Quine se refiere a la noción de definición, explicándola brevemente e indicando que se basa en relaciones de sinonimia y reconoce que esta no resuelve la analiticidad. [Quine, p.56-58, 3]
   Quine encuentra que para determinar el valor de la sinonimia surgen problemas técnicos en los casos de ambigüedad o de homonimia. [Quine,  p.58-64]
   El autor señala que la búsqueda del significado lleva a apelar a las nociones de sinonimia y a la de definición en un proceso circular. [Quine, p.65] Cuando se acude a reglas semánticas estas no son útiles sino cuando ya se ha entendido la analiticidad. [Quine, p.69]
   Concluye que en algunos enunciados analíticos la componente fáctica se considera nula, pero que esto no establece la separación entre los enunciados sintéticos. [Quine, p.70]
   El autor hace referencia a la teoría de la verificación  [Peirce] que sostiene que el significado de un enunciado es el método de confirmación empírica del mismo. [Quine, p.70] Quine se pregunta cuál es la relación entre un enunciado y las experiencias que contribuyen a su confirmación como lo pide la teoría de la verificación. [Quine, p. 71,1-72] Haciendo referencia al reductivismo radical [Carnap, Der logische Aufbau der Welt] señala que esto es un dogma reductivista frente a su opinión de que la unidad de significación empírica es el todo de la ciencia. [Quine, p. 79]
  Finalmente el autor sostiene que la frontera entre lo analítico y sintético es imaginaria, [Quine, p. 77-81]

Las tesis de Quine han marcado profundamente la semántica filosófica, a punto tal que quedan como pautas que podrán adoptarse o discutirse, pero no ignorarse. La filosofía de Quine es sin duda una referencia ineludible en la filosofía del siglo XX. En tal sentido rescato la dedicatoria con la queDonald Davidson encabeza su libro Inquiries into Truth ∧ Interpretation, " To W.V. Quine, without whom I´m not".

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