3 de octubre de 2012

FRANCO VOLPI: EL NIHILISMO


Franco Volpi (Vicenza, Italia, 1952), uno de los filósofos más prestigiosos de Europa, visitó ayer Granada para participar en el Encuentro Internacional de Filosofía 'La tarea de pensar frente al reto del nihilismo', organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad. Autor de una historia de esa corriente de pensamiento, publicada en español en 2007 por Siruela, el pensador asegura que esta forma de ver el mundo puede ser útil en estos tiempos convulsos.

Volpi, Franco

-¿Qué es el nihilismo en el siglo XXI?
-Cada vez que hay algo negativo, siniestro o problemático, no hay analista, periodista o intelectual que no recurra a esta categoría. Se utiliza para explicar lo negativo que caracteriza a nuestro mundo. Tiene un sentido múltiple y por eso necesita un análisis filosófico.

-Pero, ¿es correcto contemplar el nihilismo como algo negativo?
-En cuanto a categoría que sirve para analizar lo que acontece en nuestro mundo, tiene una cara hermosa. Hay un lado bello en el nihilismo. Si uno analiza la historia de la palabra se da cuenta de que el término nace en el marco de una discusión muy técnica, y que tan sólo con el fenómeno del nihilismo ruso, descrito en la gran literatura de Turgueniev y Dostoievski, se convierte en una categoría de análisis social de lo negativo. Lo primero es aclarar lo que significa, su historia y su empleo actual. Y después, tomar posiciones filosóficas frente al fenómeno. Primero hay que distinguirlo de otras categorías, como el terrorismo: justamente por causa de lo que aconteció en Rusia, a menudo se dice que los terroristas son nihilistas. Y yo creo que esto es una equivocación, porque los terroristas no es que no crean en nada, es que tienen la idea de poseer una verdad absoluta, y por eso se vuelven asesinos. El nihilismo es lo contrario: una visión del mundo en la que se debilitan los factores de queja y de conflicto. Si uno no cree en nada no se vuelve un asesino, dogmático o fanático. El nihilismo produce tolerancia, produce la capacidad de aceptar visiones del mundo distintas.

-¿Usted se considera nihilista?
-En un cierto sentido sí, pero al mismo tiempo soy alguien que trata de ir más allá del nihilismo, porque vivir sin valores, sin visiones del mundo fuertes, es muy difícil. Avanzar sin herramientas de navegación, a ciegas, es difícil.

El Dios de los ejércitos

Ha dicho que Nietzsche sigue vivo. ¿Qué significa?
-Nietzsche, con su célebre diagnóstico según el cual Dios ha muerto o se ha retirado, describió con mucha anticipación lo que está aconteciendo hoy. Por un lado, en el mundo occidental los valores pierden su fuerza de convicción y hay desorientación. Por otro lado, ha vuelto el Dios de los ejércitos, las visiones de mundo dogmáticas y absurdas que recurren a la violencia para imponerse. Por un lado, la sociedad occidental está débil, incapaz de defenderse y de defender sus valores fundamentales; como los romanos, que asimilan el punto de vista de los bárbaros porque no tienen el suyo. En Occidente desaparece el poder de los evangelios y del manifiesto del Partido Comunista y el futuro queda en manos de Coca Cola y de la pornografía. Por otro lado, está el fenómeno de los fundamentalismos y fanatismos, motivados sobre todo por la religión, que atacan al mundo occidental. El relativismo o el nihilismo puede producir valores compartidos, tolerancia, aceptación del otro, diálogo intercultural... El nihilismo no es sólo algo negativo, sino algo que fomenta la convivencia entre culturas distintas.

-Usted ha publicado varias obras divulgativas de Filosofía, incluida una enciclopedia. ¿Qué papel tiene la Filosofía en el mundo actual?
-La Filosofía no es sólo una actividad profesional que se hace en las universidades. Es la tarea de pensar, de desarrollar potencialidades críticas, de reflexionar sobre lo que somos, de dónde venimos y a dónde vamos. La Filosofía no es tan sólo la construcción de un edificio teórico coherente pero indiferente a la vida que vivimos, sino más bien una manera de vivir la vida de forma consciente y crítica. Es un instrumento fundamental para proporcionar a nuestra vida una forma lograda.

-La tarea de pensar, ¿es para todos?
-Pensar es una tarea para todos, pero necesita una preparación. Y las personas normalmente en la vida cotidiana no piensan mucho. No tenemos tiempo para pensar porque estamos vinculados a un engranaje que nos domina.

Obama y la esperanza
-Mucha gente de todo el mundo está esperanzada con la victoria electoral de Barack Obama y sus posibilidades de cambiar el mundo. ¿Hay una epidemia de ingenuidad o tienen razón?

-Yo creo que tienen razón. La victoria de Obama representa un cambio radical frente a una política que ha llevado a la humanidad a conflictos culturales muy fuertes, a guerras, a violencias, a un uso desproporcionado de los recursos, que ha acelerado los problemas de la globalización. Obama representa una señal de cambio y espero que ese cambio se concrete en la realidad.

-Hace poco criticó al escritor colombiano Gabriel García Márquez por su tratamiento de la pedofilia en 'Memoria de mis putas tristes'. ¿Ha terminado esa polémica?
-No era una polémica contra él, sino una simple observación sobre nuestra sociedad. García Márquez escribe una novela en la que vehicula, como si fuera normal, una idea moralmente repugnante: un viejito de 90 años que puede comprarse una joven virgen y abusar de ella. No se sabe si lo cuenta con ánimo de condena o de describir lo que pasa. Yo tengo la opinión más alta del papel de la literatura y García Márquez es un escritor comprometido con ciertos valores sociales. Pero, ¿en qué sociedad estamos viviendo si por un lado aceptamos eso como normal y por otro nos escandalizamos de los sitios web pedófilos y pedimos que se cierren? La misma idea se acepta si la vehicula un Premio Nobel y se condena de manera violenta si llega de otra forma. No critico a García Márquez; sólo me pregunto cuál es el papel de la literatura: ¿crítico?, ¿descriptivo?, ¿observador?... Además, nosotros estamos en Europa, pero uno va a América Latina y le parece que allí todavía no se han conseguido los derechos fundamentales de las mujeres. Hay un machismo muy difundido y preocupante.

-Acaba de publicar el libro 'El dios de los ácidos'. ¿Cuál es su postura ante las drogas?
-El libro fue un pequeño divertimento. Por casualidad entré en contacto con el descubridor del LSD, Albert Hoffman, y a través de su descripción de la modificación de la conciencia me di cuenta de que este fenómeno es uno de los grandes problemas del mundo actual. Por un lado, hay una difusión de masas de la cultura de la droga y, por otro, no hay una elaboración teórica y simbólica suficiente de este fenómeno, al contrario que en sociedades llamadas primitivas, donde encuentras una utilización sagrada de las drogas y una elaboración teórica y teológica sobre ellas. Nuestra sociedad no ha sido capaz, y entonces estamos dominados por el fenómeno, y no somos capaces de solucionarlo.

-Uno de los filósofos españoles más populares, Fernando Savater, acaba de ganar el premio literario económicamente mejor dotado del país. ¿Qué le parece?
-Aunque sé que hay mucha gente que lo critica, Fernando Savater me parece un hombre inteligentísimo, que sabe comunicar y dialogar, y un escritor muy hábil que logra mostrar cómo la filosofía puede decir algo a nuestra sociedad. No puedo juzgar su calidad literaria como novelista porque no manejo suficientemente el español. Pero me alegro de que haya conseguido este premio.

igallastegui@ideal.es

Publicado en el Ideal de Granada : Jueves, 4 octubre 2012

El nihilismo de Franco Volpi : La caverna

El Nihilismo de Franco Volpi

«Huésped inquietante» llamó Nietzsche al nihilismo. Huésped también inesperado, pues surgió cuando la razón y la técnica parecían abrir al hombre perspectivas fáusticas que volvían a dar actualidad al «seréis como dioses» que la Serpiente dirigió a la primera pareja humana. Y es un huésped, sobre todo, del que, una vez en casa, no hay forma de desentenderse. 

Pero ¿qué es realmente el nihilismo? ¿En qué momento de la historia surge? ¿Qué circunstancias y actores contribuyeron a su alumbramiento y a su sostenimiento? ¿Qué podría superarlo? Para responder a esas preguntas, Franco Volpi emprende un riguroso análisis histórico y conceptual en el que pasa revista a la Ilustración, el romanticismo, el existencialismo y el tecnicismo predominante en el mundo contemporáneo. 

Al hilo de ese análisis histórico, somete a examen el pensamiento de figuras tan relevantes como Turguéniev, Max Stirner, Dostoievski, Nietzsche, Heidegger, Jünger y otras que sirven para ilustrar las manifestaciones más importantes del nihilismo a lo largo de los siglos XIX y XX.

Volpi, Franco. El nihilismo. Siruela, Madrid,2007, 219 págs.Traducción: Cristina del Rosso y Alejandro Vigo

El psicoanalistalector 
In memoriam Franco Volpi

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