La concepción de liberalismo político defendido por Joseph Raz no aborda la tensión entre la moderna filosofía política y la moral, igualando las dos en su concepción de bienestar. Al trabajar en un plano teórico, asume conflictos duraderos entre la moralidad y el interés propio y afirma que estas motivaciones se reconcilian en la persona moral. A pesar de dar deferencia a la autonomía y el pluralismo, el liberalismo de Raz de hecho podría ser opresor porque se basa en estrechas ideas humanistas que no son aceptadas en muchas tradiciones religiosas.
Para delimitar esta tensión en primer lugar, en relación a la filosofía política moderna, considero que Carl Schmitt es uno de los pensadores contemporáneos que ha sabido culminar la reflexión sobre la idea de política iniciada por Maquiavelo y llevarla hasta sus últimas consecuencias.
Para Schmitt, la distinción específica a la que pueden orientarse todas las acciones y motivos de la política es la distinción de amigo y enemigo. La matriz de la política moderna, instaurada en sus principales componentes por Maquiavelo y suavizada en algunas de sus aristas más insoportables por el pensamiento liberal (sobre todo mediante el recurso a elementos no políticos de contención, como el derecho), encuentra su clausura lógica en la categoría absoluta de "enemistad".
El estado contemporáneo concentra hoy casi todo el poder bélico. Al tiempo se ha convertido en poder económico, en estado capitalista, en la medida en que regula el intercambio mercantil, y se ha constituido además en poder jurídico, en estado de derecho, cuando acepta regularse: la razón de estado subsume, de forma simultánea, la razón bélica, la económica y la jurídica.
De esta forma, Schmitt reinstaura el panpoliticismo de Hobbes, lo que permite entender mejor la primacía del derecho en el liberalismo. El liberalismo propone limitar la política y la economía mediante el derecho, como precondición y fundamento (derechos naturales). Pero no es posible rescatar la escisión entre la razón de estado y el derecho, la razón liberal de estado no es posible, es una contradicción. De este modo es evidente que la utopía liberal solo puede realizarse más acá de la línea de la enemistad, excluyendo a los otros.
Frente a esta política de poder, de estado, cabe preguntarse lo que debe hacer la política. Si la escisión política-ética es superable, cabría propugnar una política moral una "poli(é)tica". Esta política entendida como poliética debería trazar a su vez, el sentido del derecho, la economía y la guerra, según una matriz eticista.
Considero que, la reconstrucción poliética debería fundarse sobre el imperativo ético de disidencia y el imperativo (político) de resistencia, que serían dos imperativos poliéticos principales.
Esta poliética, no negaría la distinción amigo-enemigo, pero haría que no fundamente la acción política. Lo mismo se haría con los intereses del ámbito privado especialmente en cuanto al bienestar se refiere.
En segundo lugar el pensamiento filosófico occidental de la antigüedad acerca de la moral, de la forma de vivir, se centró en la cuestión del supremo bien: esta cuestión puede resumirse en la siguiente: ¿qué vida es más plena y duraderamente satisfactoria? Si bien se pensaba que la virtud había de regir las relaciones de uno con los demás, el objetivo primordial era alcanzar el bien para uno mismo. El cristianismo enseñó que sólo mediante la salvación podía alcanzarse el supremo bien, y complicó la búsqueda de éste insistiendo en la obediencia a los mandamientos de Dios. El cometido característico de la ética filosófica moderna se formó a medida que las ideas del supremo bien y de la voluntad del Dios cristiano llegaron a parecer cada vez menos capaces de ofrecer una orientación práctica. Dado que en la actualidad son muchas las personas que no creen, como los antiguos, que existe sólo una mejor forma de vida mejor para todos, y dado que muchos piensan que no podemos resolver nuestros problemas prácticos sobre una base religiosa, las cuestiones de la ética occidental moderna son inevitablemente aún nuestras propias cuestiones.
Si no hay un supremo bien determinado por la naturaleza o por Dios, ¿cómo podemos conocer si nuestros deseos son descarriados o fundados? Si no hay leyes decretadas por Dios, ¿qué puede decirnos cuándo hemos de negarnos a hacer lo que nos piden nuestros deseos y cómo hemos de proceder?
Peter Singer señala que la filosofía moral moderna partió de la consideración de estos problemas. Al respecto señala que no hay una forma estándar de organizar su historia, y considera que puede ser útil considerar tres etapas en ella. [Peter Singer (ed.), Compendio de Ética Alianza Editorial, Madrid, 1995]
1) La primera etapa es la de separación gradual del supuesto tradicional de que la moralidad debe proceder de alguna fuente de autoridad fuera de la naturaleza humana, hacia la creencia de que la moralidad puede surgir de recursos internos a la propia naturaleza humana. Fue el tránsito desde la concepción de que la moralidad debe imponerse al ser humano a la creencia de que la moralidad puede comprenderse como autogobierno o autonomía del ser humano. Esta etapa comienza con los Ensayos de Michel de Montaigne (1595) y culmina en la obra de Emmanuel Kant (1785), Thomas Reid (1788) y Jeremy Bentham (1789).
2) Durante la segunda etapa, la filosofía moral se dedicó sustancialmente a crear y defender la concepción de la autonomía individual, haciendo frente a nuevas objeciones e ideando alternativas. Este período va desde la asimilación de la obra de Reid, Bentham y Kant hasta el último tercio de este siglo.
3) Desde entonces, los filósofos morales han desplazado la atención del problema del individuo autónomo hacia nuevas cuestiones relacionadas con la moralidad pública.
El libro de Raz, publicado en el 2001, es bastante amplio y trata de las implicaciones de los deberes morales que se derivan de pretender respetar el bienestar de los otros , centrándose en estas últimas cuestiones.
La primera parte del libro se ocupa de las consecuencias de dos aspectos centrales del bienestar: la importancia para las personas de sentir que pertenecen a grupos sociales y el carácter activo del bienestar, que consiste en buena medida en el hecho de poder ejercer actividades exitosas. Ambos aspectos tienen implicaciones políticas de gran alcance, que el autor explora especialmente en los ensayos sobre la libertad de expresión, sobre la autodeterminación nacional y el multiculturalismo, entre otros temas.
Tomando como trasfondo los puntos de vista morales y políticos desarrollados en la primera parte, la segunda parte de la obra desarrolla diversos aspectos de la relación dinámica entre derecho y moral. Raz ofrece en este contexto algunos elementos que apuntan a la construcción de una nueva teoría del derecho.
Raz señala que nuestro bienestar consiste en la búsqueda vehemente y exitosa de actividades valiosas. Esto implica llegar a un estado de satisfacción o felicidad, que puede englobar al conjunto de las cosas necesarias para vivir bien, lo que posibilita una vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad. Lleva implícito el estado del que tiene buena posición económica y una vida desahogada, y denota el estado de la persona en el que se hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica.
El bienestar social se refiere al nivel alcanzado en la satisfacción de las necesidades básicas fundamentales de la sociedad, que se expresan en los niveles de educación, salud, alimentación, seguridad social, vivienda. El estado de bienestar, corresponde a la traducción de la expresión inglesa welfare state que se utiliza para hacer mención de las nuevas actividades sociales que asumieron ciertos Estados modernos.
La economía del bienestar, es la rama reciente del estudio económico dedicada a los llamados óptimos sociales. En contraposición al óptimo de bienestar individual, opta por valores que generalmente son de tipo colectivo. Es una rama de la Teoría económica que intenta determinar las condiciones que se requieren para alcanzar el máximo nivel social. La escuela conocida como la Economía del Bienestar se refiere al concepto de economía como el estudio de las condiciones bajo las cuales se puede maximizar el bienestar de una comunidad.
Los trabajos adjuntos tratan los temas que discute J. Raz y constituyen una breve referencia para la lectura de este importante tratado.
Para delimitar esta tensión en primer lugar, en relación a la filosofía política moderna, considero que Carl Schmitt es uno de los pensadores contemporáneos que ha sabido culminar la reflexión sobre la idea de política iniciada por Maquiavelo y llevarla hasta sus últimas consecuencias.
Para Schmitt, la distinción específica a la que pueden orientarse todas las acciones y motivos de la política es la distinción de amigo y enemigo. La matriz de la política moderna, instaurada en sus principales componentes por Maquiavelo y suavizada en algunas de sus aristas más insoportables por el pensamiento liberal (sobre todo mediante el recurso a elementos no políticos de contención, como el derecho), encuentra su clausura lógica en la categoría absoluta de "enemistad".
El estado contemporáneo concentra hoy casi todo el poder bélico. Al tiempo se ha convertido en poder económico, en estado capitalista, en la medida en que regula el intercambio mercantil, y se ha constituido además en poder jurídico, en estado de derecho, cuando acepta regularse: la razón de estado subsume, de forma simultánea, la razón bélica, la económica y la jurídica.
De esta forma, Schmitt reinstaura el panpoliticismo de Hobbes, lo que permite entender mejor la primacía del derecho en el liberalismo. El liberalismo propone limitar la política y la economía mediante el derecho, como precondición y fundamento (derechos naturales). Pero no es posible rescatar la escisión entre la razón de estado y el derecho, la razón liberal de estado no es posible, es una contradicción. De este modo es evidente que la utopía liberal solo puede realizarse más acá de la línea de la enemistad, excluyendo a los otros.
Frente a esta política de poder, de estado, cabe preguntarse lo que debe hacer la política. Si la escisión política-ética es superable, cabría propugnar una política moral una "poli(é)tica". Esta política entendida como poliética debería trazar a su vez, el sentido del derecho, la economía y la guerra, según una matriz eticista.
Considero que, la reconstrucción poliética debería fundarse sobre el imperativo ético de disidencia y el imperativo (político) de resistencia, que serían dos imperativos poliéticos principales.
Esta poliética, no negaría la distinción amigo-enemigo, pero haría que no fundamente la acción política. Lo mismo se haría con los intereses del ámbito privado especialmente en cuanto al bienestar se refiere.
En segundo lugar el pensamiento filosófico occidental de la antigüedad acerca de la moral, de la forma de vivir, se centró en la cuestión del supremo bien: esta cuestión puede resumirse en la siguiente: ¿qué vida es más plena y duraderamente satisfactoria? Si bien se pensaba que la virtud había de regir las relaciones de uno con los demás, el objetivo primordial era alcanzar el bien para uno mismo. El cristianismo enseñó que sólo mediante la salvación podía alcanzarse el supremo bien, y complicó la búsqueda de éste insistiendo en la obediencia a los mandamientos de Dios. El cometido característico de la ética filosófica moderna se formó a medida que las ideas del supremo bien y de la voluntad del Dios cristiano llegaron a parecer cada vez menos capaces de ofrecer una orientación práctica. Dado que en la actualidad son muchas las personas que no creen, como los antiguos, que existe sólo una mejor forma de vida mejor para todos, y dado que muchos piensan que no podemos resolver nuestros problemas prácticos sobre una base religiosa, las cuestiones de la ética occidental moderna son inevitablemente aún nuestras propias cuestiones.
Si no hay un supremo bien determinado por la naturaleza o por Dios, ¿cómo podemos conocer si nuestros deseos son descarriados o fundados? Si no hay leyes decretadas por Dios, ¿qué puede decirnos cuándo hemos de negarnos a hacer lo que nos piden nuestros deseos y cómo hemos de proceder?
Peter Singer señala que la filosofía moral moderna partió de la consideración de estos problemas. Al respecto señala que no hay una forma estándar de organizar su historia, y considera que puede ser útil considerar tres etapas en ella. [Peter Singer (ed.), Compendio de Ética Alianza Editorial, Madrid, 1995]
1) La primera etapa es la de separación gradual del supuesto tradicional de que la moralidad debe proceder de alguna fuente de autoridad fuera de la naturaleza humana, hacia la creencia de que la moralidad puede surgir de recursos internos a la propia naturaleza humana. Fue el tránsito desde la concepción de que la moralidad debe imponerse al ser humano a la creencia de que la moralidad puede comprenderse como autogobierno o autonomía del ser humano. Esta etapa comienza con los Ensayos de Michel de Montaigne (1595) y culmina en la obra de Emmanuel Kant (1785), Thomas Reid (1788) y Jeremy Bentham (1789).
2) Durante la segunda etapa, la filosofía moral se dedicó sustancialmente a crear y defender la concepción de la autonomía individual, haciendo frente a nuevas objeciones e ideando alternativas. Este período va desde la asimilación de la obra de Reid, Bentham y Kant hasta el último tercio de este siglo.
3) Desde entonces, los filósofos morales han desplazado la atención del problema del individuo autónomo hacia nuevas cuestiones relacionadas con la moralidad pública.
El libro de Raz, publicado en el 2001, es bastante amplio y trata de las implicaciones de los deberes morales que se derivan de pretender respetar el bienestar de los otros , centrándose en estas últimas cuestiones.
La primera parte del libro se ocupa de las consecuencias de dos aspectos centrales del bienestar: la importancia para las personas de sentir que pertenecen a grupos sociales y el carácter activo del bienestar, que consiste en buena medida en el hecho de poder ejercer actividades exitosas. Ambos aspectos tienen implicaciones políticas de gran alcance, que el autor explora especialmente en los ensayos sobre la libertad de expresión, sobre la autodeterminación nacional y el multiculturalismo, entre otros temas.
Tomando como trasfondo los puntos de vista morales y políticos desarrollados en la primera parte, la segunda parte de la obra desarrolla diversos aspectos de la relación dinámica entre derecho y moral. Raz ofrece en este contexto algunos elementos que apuntan a la construcción de una nueva teoría del derecho.
Raz señala que nuestro bienestar consiste en la búsqueda vehemente y exitosa de actividades valiosas. Esto implica llegar a un estado de satisfacción o felicidad, que puede englobar al conjunto de las cosas necesarias para vivir bien, lo que posibilita una vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad. Lleva implícito el estado del que tiene buena posición económica y una vida desahogada, y denota el estado de la persona en el que se hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica.
El bienestar social se refiere al nivel alcanzado en la satisfacción de las necesidades básicas fundamentales de la sociedad, que se expresan en los niveles de educación, salud, alimentación, seguridad social, vivienda. El estado de bienestar, corresponde a la traducción de la expresión inglesa welfare state que se utiliza para hacer mención de las nuevas actividades sociales que asumieron ciertos Estados modernos.
La economía del bienestar, es la rama reciente del estudio económico dedicada a los llamados óptimos sociales. En contraposición al óptimo de bienestar individual, opta por valores que generalmente son de tipo colectivo. Es una rama de la Teoría económica que intenta determinar las condiciones que se requieren para alcanzar el máximo nivel social. La escuela conocida como la Economía del Bienestar se refiere al concepto de economía como el estudio de las condiciones bajo las cuales se puede maximizar el bienestar de una comunidad.
Los trabajos adjuntos tratan los temas que discute J. Raz y constituyen una breve referencia para la lectura de este importante tratado.
Cuatro aclaraciones sobre la tolerancia: Mauricio Correa Casanova.
Los códigos éticos de gobierno: Oscar Diego Bautista:
Libertad de expresión y respeto a los seres humanos: Eusebio Fernández García:
Jorge Malem, Jesús Orozco, y Rodolfo Vázquez. 2003.
LA FUNCIÓN JUDICIAL, Ética y democracia, Barcelona, Gedisa.
La evaluación del Bienestar de Amartya Sen y Martha Nussbaum
Consulta
A critique of Raz's liberal perfectionism: morality and politics.
Bi-Hwan Kim. 1996. Government and Opposition, Blackwell Publishers Ltd.
The economics and politics of the German miracle.
Sally, Razeen. 1995. Government and Opposition, Publisher: Blackwell Publishers Ltd.
RAZ Joseph. 2001. LA ETICA EN EL AMBITO PÚBLICO. Barcelona, Editorial GEDISA, 442 pp.
Viñeta alusiva enviada por Esau de la O
CHEVERE...!!!XD
ResponderEliminarbienestar social http://www.uhachefe.com/blog/imatges/forges1.png
ResponderEliminarEl link enviado no produce resultados
ResponderEliminarEsau envia la siguiente viñeta alusiva
ResponderEliminarhttp://www.uhachefe.com/blog/imatges/forges1.png