Contenido
El sentido de la Navidad
El papel de la reforma protestante
El significado de la Navidad
Historia de la celebración
La fecha de navidad
La Navidad (latín: nativitas, «nacimiento») es una de las fiestas más importantes del Cristianismo –junto con la Pascua [ ] y Pentecostés–, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Esta fiesta se celebra el 25 de diciembre.
En los países angloparlantes se utiliza el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (más) de Cristo’. En Alemania, la fiesta se denomina Weihnachten, (weihen = bendecir) ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen celebrar la natividad (el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
La Navidad no solo es un día de fiesta, sino una temporada de fiestas, y de la misma forma que la Pascua, contiene un tiempo de preparación, llamado Adviento, que se inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre. La Navidad es la fiesta cristiana más popular, sin embargo aparte del origen cristiano de la Navidad, esta fiesta ha ido mezclando su carácter religioso con la tradición de convivencia familiar, debido en gran medida a la popularidad de esta celebración y a la mercadotecnia.
Se celebra algo que el hombre natural desconoce: la "navidad". El hombre no puede ocultar un hecho real: Dios visitó esta tierra como estaba profetizado por Miqueas, hace ya 27 siglos y lo celebra en Navidad.
He aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá y hollará las alturas de la tierra. Y se derretirán los montes debajo de él, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren por un precipicio. Todo esto por la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel (Mi 1:3-5).
Y la Palabra de Dios se cumple: hace veinte siglos el apóstol Juan testifica la Navidad:
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).
Otro profeta, Isaías, dijo cómo ocurriría:
He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel. Esto es, Dios con nosotros (Is 7:14). Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz (Is 9:6),
Palabra que se cumple en el Nuevo Testamento. Mateo relata que todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros (Mt 1:22-23) Y dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús (Mt 1:25).
He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel. Esto es, Dios con nosotros (Is 7:14). Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz (Is 9:6),
No todos conocen esto, pero la navidad se celebra. No todos lo entienden, pero lo celebran. Pocos conocen el significado profundo de este advenimiento divino en carne, pero lo celebran. Y así comenzó una costumbre, que en el devenir de los siglos, se hizo ley; hay que celebrar el nacimiento del Hijo de Dios. Pocos entienden el sentido real de esa celebración, porque la historia, la tradición y los siglos han cobijado con una gruesa capa de olvido, los orígenes de un nacimiento trascendental.
El papel de la reforma protestante
Durante la Reforma protestante en Europa, la celebración del nacimiento de Cristo fue prohibida por algunas iglesias protestantes. En la Norte América colonial, los puritanos rechazaron la Navidad, y su celebración fue declarada ilegal de 1659 a 1681. Al mismo tiempo, los cristianos siguieron las celebraciones libremente. Sin embargo la Navidad en su espíritu decayó en los Estados Unidos después de la Revolución Norte Americana, cuando se considero que era una costumbre inglesa.
Tal vez la mejor manera de ilustrar estas diferencias es reflexionar sobre cuándo y dónde los protestantes no consideran a Jesús. Casi lo primero que se nota cuando se compara una iglesia protestante con una católica, es que Jesús no se representa en la cruz en la mayoría de las iglesias protestantes. Sólo hay una cruz, una cruz vacía, en la pared diferente de la mayoría de las formas católicas,
Consideremos lo que constituye el corazón de las reformas religiosas centrales de la Reforma protestante. No hay agua bendita, ni incienso, ni pintura, ni estatuas, ni santos, ni reliquias, ni monasterios, sin presencia real en la Eucaristía. En definitiva en este pensamiento las cosas carecen de materialidad, no importando lo físico, las cosas no se mezclan en la religión. La religión se supone que es espiritual, desencarnada. Para Lutero las cosas del cuerpo simplemente no importaban, así que el celibato no importaba, tampoco.
Hay algo de la idea de que, si uno va a dejar de lado la materialidad de esta manera, entonces es muy probable que haya que compensarla con el materialismo. Y esto es lo que Norte América ha hecho de la Navidad y ha calado en el espíritu de navidad en el resto del mundo.
La leyenda de Santa Claus deriva directamente de la de San Nicolás de Bari (ca. 280-ca. 350), obispo de Myra que, según la tradición, entregó todos sus bienes a los pobres para hacerse monje y obispo, distinguiéndose siempre por su generosidad hacia los niños.
En la Edad Media, la leyenda de San Nicolás arraigó de forma extraordinaria en Europa, particularmente en Italia, y también en países germánicos como los estados alemanes y holandeses. Particularmente en Holanda adquirió notable relieve su figura, al extremo de que se convirtió en patrón de los marineros holandeses y de la ciudad de Ámsterdam. Cuando los holandeses colonizaron Nueva Ámsterdam (la actual isla de Manhattan), erigieron una imagen de San Nicolás, e hicieron todo lo posible para mantener su culto y sus tradiciones en el Nuevo Mundo.
La devoción de los inmigrantes holandeses por San Nicolás era tan profunda y al mismo tiempo tan pintoresca y llamativa que, en 1809, el escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859) trazó un cuadro muy vivo y satírico de ellas en un libro titulado Knickerbocker's History of New York.
A partir de este hecho se sumaron dibujos y carteles que terminaron por popularizar esta imagen y esta idea de navidad.
También Clement Clark Moore con su poema A visit from Snt. Nicholas (1823) contribuyo a la creación del moderno Santa Claus, fusionando la fiesta de San Nicolás con la Navidad.
Luego el escrito de Charles Dickens A christmas carol (1843) contribuyo a sellar este espíritu. Para escribir la obra, Dickens se basó en la realidad denigrante del Reino Unido durante la revolución industrial en el siglo XIX. Dickens abogaba por una actitud más benévola y caritativa con los niños, pues las condiciones de la era victoriana les eran adversas a consecuencia de la industrialización del país y el colonialismo británico en el mundo.
Inmediatamente después de su publicación, la obra tuvo un éxito rotundo que se divulgaría dentro de su país de origen y luego alrededor del mundo. El propio autor recibió numerosas cartas de felicitación y elogio y con ello revivió la navidad en el Reino Unido, que había estado prohibida en tiempos de Oliver Cromwell, así como resaltar la realidad de los hijos de la revolución industrial.
La gente acepta la ficción como si fuese realidad y permite que la realidad imite al arte literario.
Francis Church un periodista norteamericano escribió en 1897 en un famoso editorial una visión coherente de lo que esta navidad es como representación del espíritu de generosidad y de amor. Sin embargo después de la segunda guerra mundial el espíritu de dar ha sido sobrepasado por el espíritu de comprar.
El último momento de inflexión importante en la evolución iconográfica de Santa Claus tuvo lugar con la campaña publicitaria de la empresa de bebidas Coca-Cola, en la Navidad de 1930, quien utilizo la figura de Santa Claus como logo en su propaganda.
Los judíos y los no creyentes son los “outsiders” en esta visión, en la que incluso se ha adaptado la Hannukha a esta visión del Christmas norteamericano.
En la actualidad autores no creyentes como Tom Flynn explican cómo la navidad ha sido tolerada por los Judíos y los ateos, pero otros no-cristianos no necesariamente la aceptan. Él considera que las tradiciones sociales deben ser redefinidas para satisfacer el creciente número de personas totalmente fuera de la celebración de la Navidad.
En este contexto el espíritu de navidad ha sido eliminado por el fundamentalismo protestante, sus elementos han sido modificados y reformulados para propósitos diferentes. Pedazos de misticismo cristiano, trascendentalismos y romanticismos del siglo 19 y desconfianza del escepticismo científico han configurado esta visión. En esta mezcla queda poco para el elemento religioso.
El significado de la Navidad
Navidad es una palabra que viene del latín "nativitatem", que significa natividad o nacimiento. La costumbre hizo un apócope de natividad y perdiendo una sílaba, se adoptó como "navidad". Pero realmente la palabra navidad en estos tiempos es un buen pretexto para divertirse, para hacer negocio, para salir de vacaciones y, en la mayor parte de las veces, para pecar. Se usa esta fecha, esta palabra y esta celebración, para distraer al hombre del significado que tiene el nacimiento más notable que haya ocurrido a lo largo de toda la humanidad y desde que el mundo fue creado: el nacimiento de Dios, hecho carne, sobre la tierra.
Las escrituras dicen que este significado fue revelado a José el carpintero:
No temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es (Mt 1:20b).
La revelación de la navidad no se hace esperar, el ángel del Señor le anuncia a José, palabras que el hombre de hoy debe tener bien presentes:
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS (esto es, Salvador), porque EL SALVARA A SU PUEBLO DE SUS PECADOS (Mt 1:21).
En esta última frase está el sentido completo de la navidad; la razón del advenimiento en carne, a través de Jesús, de la segunda persona de la Trinidad: Este es el único motivo para que el hombre haga fiesta, tenga su mayor gratitud a Dios y se regocije con su familia, vecinos, compañeros de trabajo o de escuela, o amigos, etc.
Si no es este el propósito de la celebración de la navidad, cualquier fiesta carece de sentido y se convierte en una celebración meramente mundana o pagana.
Porque ya nació en la ciudad de David, tu Salvador, que es Cristo el Señor - dice el evangelio -. Y agrega el Apocalipsis: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo... ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro (Ap 12:10, 19:1).
La comercialización engañosa de la fecha de navidad.
La realidad actual es que se sigue yendo tras el engaño de una fiesta a la que ya se le perdió el significado; el tiempo la ha venido transformando en algo opuesto al sentido original. ¿O caso los centros comerciales, los restaurantes, los sitios públicos, los medios masivos de difusión, los hogares, celebran que Jesús vino a este mundo para salvar su pueblo de sus pecados? Más bien el mundo da una imagen apocalíptica:
Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites (Ap 18:2-3).
Esto es lo que se observa por todas partes. Los comerciantes, los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la potencia de sus deleites y han olvidado ocultando lo que Jesús produce con su advenimiento en la vida del hombre.
¿Cómo la celebra la iglesia?
La iglesia primera debía estar celebrando esta fiesta, porque ellos eran los que habían heredado directamente la Palabra de Dios, habían caminado con Jesús y eran los más inmediatos a obedecer sus mandatos. ¿Celebraba la navidad esta primer iglesia? No hay un sólo vestigio en la Biblia, porque Jesús no ordena celebrar su nacimiento, ni su cumpleaños, sino su muerte, y esto sí lo celebraba, con veneración la iglesia del Libro de los Hechos de los Apóstoles. Y todo porque estaba escrito:
Haced esto en memoria de Mi (Lc 22:18)... Así pues, todas las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que El venga (1Co 11:26).
Por eso también el Libro del Eclesiastés afirma:
Mejor es el día de la muerte que el día del nacimiento (Ec 7:1).
Historia de la celebración
En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre.
En el 274 CE, el emperador Aureliano proclamó el 25 de Deciembre el Natalis Solis Invicti, el festival del nacimiento del sol invencible. La Saturnalia ya se venía celebrando alrededor de este tiempo junto con muchas otras celebraciones paganas. Los cristianos se hicieron cargo de éste y de otros festivales romanos dándoles un sentido religioso. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.
En Antioquía, probablemente en el 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, [ ] aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.
En Alemania del norte también celebraban estas fiestas a mediados del invierno. Los Árboles de hoja perenne y acebo fueron importantes en estas celebraciones, ya que celebran sus colores verdes a pesar de los duros inviernos. Otra tradición nórdica es la del dios Yule relacionado con el dios Yolnir, Jol, en la que en su conmemoración se celebraba un festival de 12 días de comer, beber y de alegría.
La "saturnalia"
En Babilonia, se celebraba la fiesta a Saturno en ella, se usaban árboles de pino por doquier, para representar el calor del nuevo nacimiento del dio sol, en forma de fuego. Esto se basaba en una antigua leyenda babilónica: durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. Esto hablaba de que el dio sol Nimrod (tronco seco), reencarnaba en Tamuz (árbol verde), cuando su madre Semíramis lo daba a luz en esa noche.
Las leyendas se propagan con los años. Y esta, pasó a ser dominio entre druidas y egipcios y fue adoptada colocándose al árbol, entre otras cosas, cerezas rojas, que después fueron bolas brillantes, como símbolo. Y esto fue incorporado a la celebración de la navidad hasta el día de hoy.
Cabe hacer notar que la Biblia no admite que se dé culto, ni a Dios, ni a nadie, al pie de árboles:
Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso (Dt 12:2).
Los profetas advirtieron:
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres de los montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus ídolos. Y extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera que habiten haré la tierra más asolada y devastada que el desierto hacia Diblat; y conocerán que yo soy Jehová (Ez 6:13-14).
¿Me postraré delante de un tronco de árbol? (Is 44:19c).
No puede ser coincidencia lo que el mundo está padeciendo en este tiempo, si consideramos por unos minutos la profecía de Ezequiel.
Motivo del cambio
De acuerdo a los hechos descritos, la disposición de Aureliano (274), del papa Julio I (350) y en el año 354 d.C., el obispo Liberio de Roma, dispuso que el 25 de diciembre se celebrara como el día del nacimiento de Jesús, teniendo en consideración que ese día ya lo observaba la Roma pagana; era el 25 de diciembre, la antigua "fiesta del solsticio de invierno", la fiesta a Saturno o "saturnalia", que data de la tradición babilónica y que recordaba esencialmente a Mitra, el dio sol, en el día de su nacimiento.
Tertuliano menciona que como parte de la saturnalia romana se hacían regalos, según la costumbre oriental pagana, que heredamos. Si miramos la historia, se adoptó el intercambio de regalos, en recuerdo de los dones que los magos presentaron a Jesús, sólo que los magos, no hicieron esos regalos con motivo del nacimiento, pues para esas fechas, José, María y el Niño, ya vivían en su casa, como lo manifiesta Mateo en su versión del evangelio:
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra (Mt 2:11)
De modo que "dieron", no intercambiaron regalos.
La fecha de navidad
La Navidad es la fiesta del nacimiento de Jesús. La fiesta más antigua que celebró la Iglesia después de la Pascua y de la de Pentecostés, fuera del bautismo de Jesucristo. Sólo se conocían esas tres fiestas cuando San Crisóstomo pronunció su homilía sobre la de Pentecostés. No incluimos en ese número las fiestas de los martirios, que pertenecían a un orden muy inferior. Llamaron fiesta de la Epifanía a la del bautismo de Jesús, imitando a los griegos, que daban este nombre a las fiestas que celebraban como recuerdo de la aparición de los dioses en el mundo, porque sólo después que Jesús recibió el bautismo se empezó a predicar el Evangelio.
Créese que a fines del siglo IV se solemnizaba esta fiesta en la isla de Chipre el día 6 de noviembre, y Epifanio sostiene que Jesús fue bautizado ese día.
Clemente de Alejandría nos dice que los basilidianos celebraban esta fiesta el 15 de Tybi, mientras que otros autores dicen que se celebraba el 11 de dicho mes, que era el mes de enero, y esta última opinión es la que se ha admitido. Respecto a su nacimiento, como no se sabía precisamente el día, el mes y el año, no se festejaba.
Según consta en las notas que se encuentran al fin de las obras de Clemente de Alejandría, los que trataron de averiguar el día del nacimiento de Jesús se dividieron en dos opiniones: unos decían que nació el 25 del mes egipcio Pachon, que en nuestro calendario corresponde al 20 de mayo, y otros opinaban que nació el 24 ó el 25 de Farmuti, cuyos días corresponden al 19 y al 20 de abril. Lo cierto es que en Oriente y en Egipto celebraban la fiesta de la Natividad de Jesús el 6 de enero, el mismo día que la de su bautismo, sin que podamos saber con certeza cuándo empezó esta costumbre, ni cuál fue el verdadero motivo de instituirla.
La opinión y la práctica en occidente fueron distintas de las de Oriente. Los historiadores luteranos de Magdeburgo refieren un pasaje de Teófilo de Cesárea, que hace hablar de este modo a la Iglesia de las Galias: «Así como se celebra el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre, en cualquier día de la semana que caiga esa fiesta, también debe celebrarse lo mismo la resurrección de Jesucristo el día 25 de marzo, porque el Señor resucitó ese día.»
Es preciso señalar que los obispos de las Galias fueron muy prudentes y muy razonables. Estando convencidos como toda la antigüedad de que Jesucristo fue crucificado el 23 de marzo y que resucitó el 25, celebraban la pascua de su muerte el día 23, y el día 25 la resurrección.
Se conjetura que los romanos escogieron el solsticio de invierno para colocar en él el nacimiento de Jesús, porque en esa época es cuando el sol comienza a acercarse al hemisferio norte. Desde los tiempos de Julio César el solsticio civil político quedó fijado el 25 de diciembre. En Roma se verificaba una fiesta para celebrar el regreso del sol; ese día se llamaba gruma, según refiere Plinio, que lo fija, lo mismo que Servio, el 8 de las kalendas de enero. [ ]
Los esfuerzos de unir el paganismo con el cristianismo, sin respetar a Jesús igualándolo a los dioses creados por los hombres, es herencia que data desde la antigua Babilonia hasta hoy. La ignorancia le oculta de sus deberes. Por eso las escrituras dicen:
Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres (Mt 15:8-9).
La ocasión de la celebración mundana de la saturnalia de este tiempo, puede llevar al verdadero significado y al entendimiento de la Natividad de Jesucristo. Al cambio de una saturnalia, por una Navidad. Y esto porque la base y el fundamento es el concepto de salvación. Esta es la única razón de la celebración.
Por esta razón la Navidad se celebra siempre, todos los días del año, no se celebra una fecha, sino un HECHO:
Y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros... porque de su plenitud tomamos todos y gracia sobre gracia (Juan 1:14,16).
De semejante modo las expresiones mundanas de la saturnalia:
Adornos paganos, las fiestas carnavalescas, los nacimientos, el intercambio de regalos, que representan el triunfo del comercio establecido y el culto a la sociedad de consumo , las tarjetas navideñas, que no hablan de Jesús, las mentiras alusivas.
Son expresiones que apartan del verdadero significado de la Natividad, y buscan celebran una saturnalia pagana. Lo que se celebra con la Navidad es la SALVACION por Jesucristo y esto no en octubre, o septiembre, o diciembre, sino cada momento que tiene un año de cualquier calendario.La saturnalia de diciembre, sirve para anunciar, sin condenar a nadie, una navidad o nacimiento, pero no el de Jesús, sino el nacimiento espiritual de cada creyente que viene al entendimiento, del advenimiento del Mesías Jesús.
Feliz navidad es feliz nacimiento.
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