Hasta 1918 duró la Indivisibilidad y la Inseparabilidad, que definían al sistema político fundado en 1867, conocido como "Imperio Austro-Húngaro". El interés sobre el Imperio austro-húngaro se debe a que es un ejemplo más de la dificultad de intentar aglutinar diferentes nacionalidades. También estudiar el Imperio austro-húngaro permite comprender la dirección a que aspiran los representantes de tantos nacionalismos imperantes hoy en día en ese contexto geo político. Otra realidad post guerra es que ha devenido en un contexto en donde no se prodigan los grandes escritores, músicos, y filósofos que vivieron bajo el "orden" de los Habsburgos a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Peter Sloterdijk “En el mismo barco”, señala que con la pluralidad no se consigue humillar al hombre tanto como lo que se le puede humillar con el encargo de una reunificación, para sustentar que desde el eje del tiempo, los hombres están sentados sobre una bomba de relojería, cuya potencia explosiva se preparó con estos acontecimientos.
Francisco II, fue emperador electo del Sacro Imperio Romano , gobernante desde 1792 hasta 1806, cuando disolvió el Imperio después de la desastrosa derrota de la Tercera Coalición contra Napoleón en la batalla de Austerlitz. El 6 de agosto de 1806 se disolvió el Sacro Imperio Romano Germánico bajo la reorganización de Alemania por el Emperador francés Napoleón Bonaparte. Sin embargo, como anticipación de la pérdida de su título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Francisco II se declaró a sí mismo Emperador hereditario de Austria, el 11 de agosto de 1804, tres meses después de que Napoleón se hubiera declarado a sí mismo Emperador de los franceses, el 18 de mayo de 1804. De este modo se convirtió en Francisco I de Austria, el primer Kaiser von Österreich, gobernante desde 1804 hasta 1835, por lo que después fue nombrado el único Doppelkaiser en la historia .
Durante los dos años entre 1804 y 1806, Francisco usó el título y el estilo, por la gracia de Dios elegido emperador romano, siempre augusto, emperador hereditario de Austria y fue llamado Emperador de Alemania y Austria. También fue rey apostólico de Hungría, rey de Croacia-Eslavonia, y rey de Bohemia. También se desempeñó como el primer presidente de la Confederación Alemana después de su creación en 1815.
Durante su mandato, su mano derecha fue Clemens von Metternich, conductor del Congreso de Viena, cuya relevante gestión devolvió a la corona austríaca sus territorios que habían sido ocupados. Francisco, que era un convencido reaccionario, contó con la ayuda inestimable de Metternich para conjurar la amenaza del liberalismo.
En 1813, por cuarta y última vez, Austria se enfrento contra Francia y se unió a Gran Bretaña, Rusia, Prusia y Suecia en su guerra contra Napoleón. Austria jugó un papel importante en la derrota final de Francia en reconocimiento de esto, Francisco, representado por Clemens von Metternich , presidió el Congreso de Viena, ayudando a formar el Concejo de Europa y la Santa Alianza , inaugurando una era de conservadurismo y de reacionarismo en Europa.
La Confederación Alemana , una asociación informal de estados Centrales Europeos fue creada por el Congreso de Viena en 1815 para organizar los estados sobrevivientes del Sacro Imperio Romano.
El Congreso fue un triunfo personal de Francisco, aunque Francisco socavando a sus aliados el zar Alejandro y a Federico Guillermo III de Prusia, firmo la negociación de un tratado secreto con el restaurado rey francés Louis XVIII.
El 2 de marzo de 1835, Francisco murió en Viena a los 67 años. Su funeral, en la capilla de Hofburg, tuvo una magnífica presentación, en la que sus súbditos vieneses mostraron su respeto durante tres días. Francisco fue enterrado en el lugar tradicional de descanso de los monarcas de los Habsburgo, la Cripta Imperial Capuchina de Viena en la Neue Markt.
Himno del Imperio Austrohúngaro
Su sucesor Francisco José, fue proclamado Emperador a los 18 años de edad el 2 de diciembre de 1848 .
El Imperio Austrohúngaro fue un estado europeo nacido en 1867, tras el Compromiso Austrohúngaro que reconocía al Reino de Hungría como una entidad autónoma dentro del Imperio austríaco, a partir de ese momento.
En 1914 tenía una extensión de 676.615 km² y contaba con 52.799.000 habitantes y era considerada como una de las grandes potencias en el marco internacional, ocupando el 6º puesto por su potencia económica.
Francisco José I fue un hombre de mentalidad conservadora, convencido de su derecho divino a gobernar, pero incapaz de enfrentarse adecuadamente a los cambios ideológicos y políticos que se avecinaban. Afecto a considerar a su dinastía como llamada por el destino a gobernar Europa, su benevolente despotismo paternalista era sencillo como su vida privada. Francisco José estuvo dedicado por entero al cumplimiento de sus deberes como gobernante y al mantenimiento del honor y el bienestar de su pueblo. Sin embargo, la historia se encargaría de demostrar que esto no era suficiente para impedir el derrumbe de su imperio y la oleada de luchas secesionistas, nacionalistas y de otras variadas índoles que confluirían en el gran conflicto continental que devastaría Europa.
Francisco José murió a mitad de la gran guerra, el 21 de noviembre de 1916. Su muerte y la división de Austria-Hungría representan el fin de una época y el comienzo de la Europa contemporánea.
Si la situación balcánica había sido durante el s.XIX sangrienta y problemática, la disolución del imperio Austrohúngaro exacerbo los problemas, con el añadido de que las nuevas fronteras crearon férreas barreras arancelarias que asfixiaron el comercio y condujeron a la crisis económica y la miseria de los nuevos países.
El Imperio Austrohúngaro no tenía posibilidades de sobrevivir al siglo XX, era un anacronismo acosado y debilitado por nacionalismos extremos, pero era una institución que, cuando menos, representaba un contrapoder (no de facto, pero si en concepto) a Alemania, a Rusia y al Imperio Otomano. El desmembramiento, además de empeorar la situación política de Europa (había que rehacer todo el sistema de poderes y replantearse la diplomacia con los nuevos países) facilitó los nacionalismos despiadados y exacerbados del periodo de entreguerras. Las consecuencias del desmembramiento, en Europa se han sufrido hasta hace apenas una década, con la última guerra de los Balcanes, y estás no han terminado.
Lo que era el Imperio Austrohúngaro se reparte actualmente en trece estados europeos que son en la actualidad las naciones de Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y las regiones de Voivodina en Serbia, Bocas de Kotor en Montenegro, Trentino-Alto Adigio y Trieste en Italia, Transilvania y parte del Banato en Rumanía, Galitzia en Polonia y Transcarpatia en Ucrania.
En 1918, tras la derrota en la Gran Guerra y la desmembración del Imperio, se crea la República de la Austria alemana, siendo modificada por los vencedores de la I Guerra Mundial y convirtiéndose en Austria (las provincias alpinas y germánicas), una república parlamentaria, que tuvo una vida caracterizada por la permanente crisis económica, política y social. Para Austria, la consecuencia más importante de esta disolución fue su disminución a un poder de tercera categoría, hasta el punto de ser absorbida por Alemania en 1938. No se recuperaría su estatus de gran potencia.
Peter Sloterdijk “En el mismo barco”, señala que con la pluralidad no se consigue humillar al hombre tanto como lo que se le puede humillar con el encargo de una reunificación, para sustentar que desde el eje del tiempo, los hombres están sentados sobre una bomba de relojería, cuya potencia explosiva se preparó con estos acontecimientos.
Francisco II, fue emperador electo del Sacro Imperio Romano , gobernante desde 1792 hasta 1806, cuando disolvió el Imperio después de la desastrosa derrota de la Tercera Coalición contra Napoleón en la batalla de Austerlitz. El 6 de agosto de 1806 se disolvió el Sacro Imperio Romano Germánico bajo la reorganización de Alemania por el Emperador francés Napoleón Bonaparte. Sin embargo, como anticipación de la pérdida de su título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Francisco II se declaró a sí mismo Emperador hereditario de Austria, el 11 de agosto de 1804, tres meses después de que Napoleón se hubiera declarado a sí mismo Emperador de los franceses, el 18 de mayo de 1804. De este modo se convirtió en Francisco I de Austria, el primer Kaiser von Österreich, gobernante desde 1804 hasta 1835, por lo que después fue nombrado el único Doppelkaiser en la historia .
Durante los dos años entre 1804 y 1806, Francisco usó el título y el estilo, por la gracia de Dios elegido emperador romano, siempre augusto, emperador hereditario de Austria y fue llamado Emperador de Alemania y Austria. También fue rey apostólico de Hungría, rey de Croacia-Eslavonia, y rey de Bohemia. También se desempeñó como el primer presidente de la Confederación Alemana después de su creación en 1815.
Durante su mandato, su mano derecha fue Clemens von Metternich, conductor del Congreso de Viena, cuya relevante gestión devolvió a la corona austríaca sus territorios que habían sido ocupados. Francisco, que era un convencido reaccionario, contó con la ayuda inestimable de Metternich para conjurar la amenaza del liberalismo.
En 1813, por cuarta y última vez, Austria se enfrento contra Francia y se unió a Gran Bretaña, Rusia, Prusia y Suecia en su guerra contra Napoleón. Austria jugó un papel importante en la derrota final de Francia en reconocimiento de esto, Francisco, representado por Clemens von Metternich , presidió el Congreso de Viena, ayudando a formar el Concejo de Europa y la Santa Alianza , inaugurando una era de conservadurismo y de reacionarismo en Europa.
La Confederación Alemana , una asociación informal de estados Centrales Europeos fue creada por el Congreso de Viena en 1815 para organizar los estados sobrevivientes del Sacro Imperio Romano.
El Congreso fue un triunfo personal de Francisco, aunque Francisco socavando a sus aliados el zar Alejandro y a Federico Guillermo III de Prusia, firmo la negociación de un tratado secreto con el restaurado rey francés Louis XVIII.
El 2 de marzo de 1835, Francisco murió en Viena a los 67 años. Su funeral, en la capilla de Hofburg, tuvo una magnífica presentación, en la que sus súbditos vieneses mostraron su respeto durante tres días. Francisco fue enterrado en el lugar tradicional de descanso de los monarcas de los Habsburgo, la Cripta Imperial Capuchina de Viena en la Neue Markt.
Himno del Imperio Austrohúngaro
Su sucesor Francisco José, fue proclamado Emperador a los 18 años de edad el 2 de diciembre de 1848 .
El Imperio Austrohúngaro fue un estado europeo nacido en 1867, tras el Compromiso Austrohúngaro que reconocía al Reino de Hungría como una entidad autónoma dentro del Imperio austríaco, a partir de ese momento.
En 1914 tenía una extensión de 676.615 km² y contaba con 52.799.000 habitantes y era considerada como una de las grandes potencias en el marco internacional, ocupando el 6º puesto por su potencia económica.
Francisco José I fue un hombre de mentalidad conservadora, convencido de su derecho divino a gobernar, pero incapaz de enfrentarse adecuadamente a los cambios ideológicos y políticos que se avecinaban. Afecto a considerar a su dinastía como llamada por el destino a gobernar Europa, su benevolente despotismo paternalista era sencillo como su vida privada. Francisco José estuvo dedicado por entero al cumplimiento de sus deberes como gobernante y al mantenimiento del honor y el bienestar de su pueblo. Sin embargo, la historia se encargaría de demostrar que esto no era suficiente para impedir el derrumbe de su imperio y la oleada de luchas secesionistas, nacionalistas y de otras variadas índoles que confluirían en el gran conflicto continental que devastaría Europa.
Francisco José murió a mitad de la gran guerra, el 21 de noviembre de 1916. Su muerte y la división de Austria-Hungría representan el fin de una época y el comienzo de la Europa contemporánea.
El Imperio Austrohúngaro no tenía posibilidades de sobrevivir al siglo XX, era un anacronismo acosado y debilitado por nacionalismos extremos, pero era una institución que, cuando menos, representaba un contrapoder (no de facto, pero si en concepto) a Alemania, a Rusia y al Imperio Otomano. El desmembramiento, además de empeorar la situación política de Europa (había que rehacer todo el sistema de poderes y replantearse la diplomacia con los nuevos países) facilitó los nacionalismos despiadados y exacerbados del periodo de entreguerras. Las consecuencias del desmembramiento, en Europa se han sufrido hasta hace apenas una década, con la última guerra de los Balcanes, y estás no han terminado.
Lo que era el Imperio Austrohúngaro se reparte actualmente en trece estados europeos que son en la actualidad las naciones de Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y las regiones de Voivodina en Serbia, Bocas de Kotor en Montenegro, Trentino-Alto Adigio y Trieste en Italia, Transilvania y parte del Banato en Rumanía, Galitzia en Polonia y Transcarpatia en Ucrania.
En 1918, tras la derrota en la Gran Guerra y la desmembración del Imperio, se crea la República de la Austria alemana, siendo modificada por los vencedores de la I Guerra Mundial y convirtiéndose en Austria (las provincias alpinas y germánicas), una república parlamentaria, que tuvo una vida caracterizada por la permanente crisis económica, política y social. Para Austria, la consecuencia más importante de esta disolución fue su disminución a un poder de tercera categoría, hasta el punto de ser absorbida por Alemania en 1938. No se recuperaría su estatus de gran potencia.
Unsere Vergangenheit ist immer auch ein Teil in der Gegenwart.
Wir sind nicht in die welt zu kommen um glucklich zu sein, sondern um unsere Plicht zu tun.
Wir sind nicht in die welt zu kommen um glucklich zu sein, sondern um unsere Plicht zu tun.
Otto von Bismark.
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